La película de la semana: Strange Darling
Strange Darling está escrita y dirigida por J.T. Mollner y con el debut cinematográfico del aclamado actor Giovanni Ribisi como director de fotografía. Narrada en seis capítulos, sin entrar en muchos detalles, Strange Darling está basada en una historia real que trata sobre la última ola de asesinatos de un asesino en serie que operó en Colorado, Wyoming, Idaho y Oregón. Fuera de secuencia y comienza con el Capítulo 3, donde vemos a La Dama (Willa Fitzgerald) corriendo desesperadamente por un campo abierto. “Strange Darling me llegó a través de una imagen inicial que vi de una mujer corriendo por el bosque en apuros”, dice JT Mollner sobre su película de terror. La Dama está siendo perseguida por un hombre conocido simplemente como El Demonio (Kyle Gallner). De hecho, al contrario de lo que suelen hacer los directores, construir el guión y deconstruirlo, Mollner comenzó a escribir su guion en el capítulo tres, tal como aparece en la película, sin saber lo que ocurriría en el resto del metraje. Le llevó unos diez días escribirlo.
J.T. Mollner, que anteriormente hizo el western Outlaws and Angels, se basó en películas de terror fundamentales como El diablo sobre ruedas de Steven Spielberg y La matanza de Texas de Tobe Hooper como fuente de inspiración creativa. Mollner le atribuye a su padre, Duke (que interpreta a Roughneck en la película), haberlo introducido al género de terror. Para la ambientación tuvo en cuenta, otros clásicos más o menos conocidos y dignos de ser revisitados, como el psicodrama El sirviente (1963) protagonizado por Dick Bogarde, Mademoiselle (1966) con Jeanne Morreau, la italiana Los Demonios (1971), Gritos y susurros (1971) de Ingmar Bergman, Terciopelo azul (1986) de David Lynch o Inseparables (1988) de David Cronemberg, todas de diferentes géneros, pero en las que confluían, sobre todo en las últimas, unos colores específicos que dotaban de dramatismo a la película- Mollner y Ribisi lo definen como «el color como arma» – pero sobre todo de la figura del director italiano Mario Bava, quien creó un propio subgénero, el giallo. El flamante director de fotografía Giovanni Ribisi filmó toda la película en 35 mm, utilizando una lente de tal manera que la historia oscila entre lo onírico y el delirio. En alguna entrevista Ribisi ha llegado a comparar la película, o al menos esa era su intención, con «la música de los Pixies», una banda que puede albergar, apenas sin pausa, el ruido y la tranquilidad en un mismo espacio.
Para San Francisco Chronicle «en definitiva, en una época en la que tantas películas se evaporan de la memoria en cuanto aparecen los créditos finales, Strange Darling —la ames o la odies— es el tipo de película que genera conversación». Según The New York Times «este vertiginoso thriller transforma una premisa simple del gato y el ratón (y tal vez incluso una historia de amor tóxica) en una reprimenda impertinente a los clichés del género y a nuestras propias suposiciones preprogramadas». Para Variety «el guionista y director JT Mollner le da la vuelta al guión de este género cansado, creando el thriller más inteligente de su tipo en mucho tiempo con la poderosa ayuda de un par de interpretaciones geniales de los coprotagonistas Willa Fitzgerald y Kyle Gallner. Es mejor disfrutar de Strange Darling con el menor conocimiento previo posible, pero también la recompensa». Según Empire «creerás que sabes hacia dónde se dirige este thriller sobre un asesino en serie, hasta que no lo sepas. Una historia ingeniosa y cronológicamente astuta, impulsada por la actuación brillante de Willa Fitzgerald, es una película pequeña pero de gran impacto». Y para The Guardian «es de un mal gusto absoluto, pero está elaborada con precisión y disciplina letales».