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La película de la semana: Babygirl

Se estrena Babygirl, otra vuelta de tuerca al manido género del thriller erótico protagonizado por Nicole Kidman que le ha valido una nueva nominación al Globo de Oro.

A24 ha seguido sorprendiendo con sus películas en los últimos años. Desde Todo a la vez en todas partes, inesperada ganadora del Premio de la Academia a la Mejor Película en 2023, hasta una de las películas de terror más aterradoras de A24, Talk to Me, e incluso las extrañas historias de comedia dramática de Dream Scenario, la productora ha optado, generalmente, por arriesgar y presentar productos poco convencionales. Halina Reijn ha escrito y dirigido la película, su segunda colaboración con la productora. Su primera, Bodies Bodies Bodies, una película de terror ambientada en el espíritu de la época protagonizada por Rachel Sennott (Bottom’s), le valió una nominación a los premios Independent Spirit en la categoría de dirección. Reijn, ganadora del premio de cine holandés, el Becerro de Oro a la Mejor Actriz, así como de la Perla Courbois, debutó en el cine con Instinct en 2019, protagonizada por Carice van Houten y Marwan Kenzari. Su trabajo más reciente es la comedia de terror Bodies, Bodies, Bodies, elogiada por su visión satírica de la era digital despiadada.

Los thrillers eróticos surgieron como un género diferenciado a fines de la década de 1980, impulsados ​​por el éxito popular de 9 Semanas y Media (1986) y, sobre todo, Atracción fatal (1987)- que obtuvo seis nominaciones al Oscar, incluida la de Mejor Película- y continuaron hasta principios de la década de 1990. Las películas de estudio de este «período clásico», como Instinto básico de Paul Verhoeven, fueron auténticos éxitos de taquilla, dirigidas por directores de renombre y protagonizadas por actores de alto perfil.  Sin embargo, el origen verdadero del thriller erótico está en el cine negro de los años 40. Por ejemplo, Body Heat de 1981, una de las primeras películas del período clásico del thriller erótico, se inspiró en Double Indemnity (1944) mientras que Vestida para Matar (1980), de Brian De Palma, contiene, además, referencias directas a la película de terror psicológico Psicosis (1960) de Alfred Hitchcock.

Con la esperanza de repetir el éxito arrollador de Atracción fatal, los estudios de Hollywood lanzaron hasta la extenuación una serie de películas de suspense erótico durante los siguientes años, con mayor o menos fortuna, incluyendo Labios ardientes (1990) , Presunto Inocente (1990), Shattered (1991), Durmiendo con el enemigo (1991), Un beso antes de morir (1991)- que se llevó al cine previamente en 1956- Consenting Adults (1992), Mujer blanca soltera busca… (1992), Love Crimes (1992), Unlawful Entry (1992), Poison Ivy (1992), Análisis final (1992), Malice (1993), The Crush (1993), Una proposición indecente (1993), The Last Seduction (1994) y Color of Night (1994), de tal forma que muchas de ellas compensaron su escasa taquilla con el crecimiento del video doméstico y del cable. El género fue perdiendo fuelle. salvo algunos directores de renombren que elevaron el género por encima de la media al añadir elementos subversivos como Atom Egoyan (Exotica, 1994), Gus Van Sant (Todo por un sueño,1995), Stanley Kurbrick (Eyes Wide Shut, 1999) o David Lynch (Mulholland Drive, 2001). La desaceleración comenzó después de 2002, un año en el que hubo una avalancha de dramas sensuales como Femme Fatale, de Brian De Palma, y en los últimos años, los pocos thrillers eróticos que han llegado a los cines han sido exitosas adaptaciones de libros de alto perfil, como la serie Cincuenta sombras o Addicted, con ejemplos de mayor calidad en películas  más independientes como Lust, Caution (2007), Elle (2016) o The Handmaiden (2016).

¿Está Babygirl a la altura de los clásicos thriller eróticos de los 90s? Para TIME «independientemente de lo que extraigas de la atrevida, seductora y, en última instancia, alegre Babygirl de la guionista y directora Halina Reijn, hay una idea que revolotea a su alrededor como una potente nube de perfume: tanto el deseo como su recuerdo son lo que nos hace sentir vivos». Para Variety «Babygirl toma algunos giros inesperados, pero eso se debe a que la ambición de la película no es solo alimentar el motor del thriller, sino capturar algo genuino sobre la experiencia erótica de las mujeres en la era del control«. Según Los Angeles Time «Las escenas eróticas de Babygirl son muy excitantes, pero Reijn está haciendo todo lo posible para que nos pongamos moralmente nerviosos (…) nuestra propia conversación nacional sobre la ética sexual se queda sin palabras cada vez que intenta definir lo que está bien y lo que está mal. En cambio, tenemos a Reijn haciendo preguntas incómodas» y Wall Street Journal la define como «brillantemente evocativa, explora las partes vergonzosas y oscuras de la psique compleja de una mujer, aquellas de las que nunca hablaría y que ni ella misma comprende del todo».

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