Connan Mockasin – Forever dolphin love
En esta época, donde un inevitable regreso a los ochenta inunda la actualidad de una inmensidad de soporíferos grupos de lo-fi que hubieran pasado sin pena ni gloria en 1986 -y hoy suenan tremendamente cool-, resulta gratificante encontrarte alguna propuesta original, como la de este debutante proveniente de Wellington, Nueva Zelanda, que se instaló en Londres en 2007, después de pasar parte de su tiempo en Sussex. Connan Mockasin decidió entonces cambiar su registro y lanzarse en solitario, tras permanecer desde temprana edad al frente de una banda que recreaba canciones de blues de los años sesenta y setenta.
En ese sentido, no es que Connan Mockasin venga desprovisto de la herencia de la década en la que el tecno y el dream pop imperaban (Cocteau Twins en particular), pero el músico, al igual que de crío poseía la extravagante habilidad de fundir toda clase de hierros con un soldador que sus padres le habían regalado, ha sabido moldear aquí todas esas referencias con un sello personal, que empieza por su característica voz, inquietante y trémula. El coro de voces de niños gritando «Hello Connan!» en la apertura de la excelente Megumi the Milkyway above, con unos toques jazz que recuerdan los primeros discos de Can; el legado subyacente de David Bowie en Forever dolphin love; o la psicodelia más descarada en Unicorn in uniform, apuntan alto en un debut al que habría que reprochar una duración escasa para poder dar un veredicto más ajustado.
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