Se cumplen 40 años de la publicación de Garlands, el primer álbum de una de las bandas más influyentes de todos los tiempos y pionera del dream pop.
Curiosamente el nacimiento de la banda fue mucho más mundano de lo que podría parecer. Tuvo lugar en Grangemouth, Escocia, en 1982, cuando el guitarrista Robin Guthrie y el bajista Will Heggie conocieron a Elizabeth mientras bailaba en una discoteca local llamada Nash. Un enamoramiento mutuo con la banda australiana The Birthday Party (apoyaron en el Venue) los presentó a 4AD, quienes acordaron que se debería grabar un álbum. El sello independiente se estaba haciendo conocido por su estilo experimental y vinculado a grupos como Bauhaus, The Birthday Party, Rema-Rema y Modern English, y el trío parecía haber creado algo nuevo, incluso distinto a los referentes con los que muchos les relacionaban, como el rock gótico Siouxsie & The Banshees o de sus compañeros de sello Dead Can Dance.
“Entonces, ¿qué pasa con el nombre? ¿Consideran al autor francés Jean Cocteau uno más de la familia? Robbie: “No, en realidad no. No estábamos seguros de quién era Cocteau hasta que nos entrevistó NME. Sacamos el nombre de una canción de Simple Minds”, reconocían en una entrevista. El grupo debutó con Garlands, que proporcionó un sabor embrionario de su sonido atmosférico de rápido desarrollo, elaborado en torno al uso innovador de Guthrie de guitarras distorsionadas, bucles de cinta y contenedores de eco y anclado en el bajo rítmico de Will Heggie, quien dejaría la banda poco tiempo después, además de una omnipresente caja de ritmos Roland 808. Su sonido distintivo “surgió de la química entre nosotros”, dijo Elizabeth, un flujo que solo aumentó y mejoró con la incorporación del inglés Simon Raymonde, antes de Drowning Craze, al grupo a finales de 1983.
Aunque gran parte de la crítica se cebó con ellos (“otra banda de copia de Siouxsie”), Helen FitzGerald en su artículo de 1982 en la revista Garlands para Sounds describía al grupo: “¿De dónde han surgido estas criaturas, qué cobardes artimañas corporativas pueden explicar su salto sin previo aviso y casi sin precedentes al frente de la industria? ¿nuestra atencion? Bueno, por una vez, el soborno, la corrupción y el engaño son irreprochables. El quid de la cuestión es que el álbum es jodidamente bueno, un friso fluido de tenues imágenes que hacen que la madurez vocal colapsada de Elizabeth sea inquietante, fluctuando desde una fragilidad quebradiza hasta una destreza voluble con rango y poder”. En Garlands la voz de Fraser no sonaba tan etérea como en discos posteriores, y todavían tardaría en llegar los brillantes paisajes sonoros de guitarra de Robin Guthrie, pero ya aparece el muro de sonido que les haría inmediatamente reconocibles. Ellos mismos lo observaban en una entrevista:“Garlands está bien, pero estamos hartos de las canciones. Las escribimos hace siglos. El próximo álbum, bueno, sabrás que son los Cocteau Twins, pero las canciones serán realmente diferentes”.
Guthrie agregó, muchos años después, en una de las pocas explicaciones sucintas y directas de lo que Cocteau Twins estaban tratando de hacer, que “el objetivo era hacer música con la energía del punk pero con más delicadeza y belleza, y que brillante, Sonido Phil Spector”. A principios de 1982, el legendario DJ John Peel defendió a los Cocteau Twins presentándolos en su primera Peel Session, que se grabó el 21 de junio de 1982 y se retransmitió el 15 de julio, justo cinco días después de la publicación de su álbum debut.
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