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[Reseña] Temples – Sun structures

temples-sun_structuresDependiendo del tráfico y la impaciencia del conductor, la distancia entre Londres y Kettering se puede cubrir en poco más de una hora. De ese pueblo, Kettering, situado en Northamptonshire e inexistente para la mayoría de nosotros hasta ahora, proceden Temples, nuestros protagonistas de la semana. Se formaron hace un par de años y a los pocos meses estaban ya editando Shelter song, un primer sencillo al que luego seguirían otros, cosechando con cada uno de ellos admiración y un creciente interés entre público y crítica. El último de ellos, Mesmerise, vino acompañado de la noticia que anunciaba, ¡por fin!, la fecha de publicación de su primer álbum.

Producido por James Bagshaw, cantante y guitarrista de la formación, Sun structures (Heavenly Recordings, 2014) suena a tantos grupos que uno termina cansándose antes de empezar a enumerarlos. Habría que situarse en pleno apogeo psicodélico, alrededor de 1967, para comenzar la investigación. Después podríamos atajar saltando a un Reino Unido dominado por Stones Roses y similares hasta llegar a Tame Impala, MGMT o los australianos Jagwar Ma, con los que Temples comparten a Noel Gallagher como seguidor de postín. En nuestro país estarían convenientemente teloneados por los barceloneses Stay e incluso los Sidonie más líquidos y denostados. Gracias a este mapa sonoro -esbozado con brocha gorda y líneas discontinuas, de acuerdo- podemos imaginar sin mucho esfuerzo de qué van estos muchachos, nuevo hype enviado desde Inglaterra por correo certificado.

Se trata de un trabajo bien armado, lisérgico, lleno de guitarras. El carácter del grupo no llega a manifestarse del todo pero tampoco termina pisoteado, algo casi heroico si volvemos al tema de las influencias y homenajes -esa portada, esos Who-. Si el interés hace unos meses se centraba en escuchar el álbum al completo, ahora nos acechan, ya, otras inquietudes. Una de ellas es el camino a seguir tras esta colección de canciones extensa y homogénea -para mal- pero con mimbres suficientes como para proyectar e intentar algo perdurable en próximas entregas. Otra cuestión es el directo: ahí es donde Temples pueden aprender, limar (as)perezas y conseguir imponer una personalidad en riesgo de extinción ante tanto eco de un pasado que siempre volverá. Mientras tanto, a disfrutar que son dos días.

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