El debut de la directora escocesa Charlotte Wells es una de las películas revelación del año 2022.
Aftersun, al menos en la superficie, sigue a un padre de treinta y tantos años y su hija de 11 años en un monótono paquete de vacaciones a Turquía. Calum y Sophie pasan el día tomando el sol y nadando, comiendo y bebiendo. En la cinta aparece Barry Jenkins en los créditos como productor, el director ganador del Oscar por Moonlight. Otra presencia importante es la del emergente actor irlandés Paul Mescal, nominado a mejor actor por esta película en los European Film Awards, cuya actuación en la adaptación televisiva de Normal People de Sally Rooney cautivó a los espectadores confinados en sus casas durante el confinamiento por el covid.
Mescal no pudo conocer a su joven coprotagonista escocesa Frankie Corio, que ahora tiene 12 años, antes del rodaje debido a las restricciones de la pandemia. Corio, que es de Livingston, fue encontrada en un casting en Glasgow en febrero de 2020, justo antes del primer cierre. Sin embargo a ambos se les dio dos semanas para vincularse antes de que comenzara la filmación, un tiempo que facilitó una relación intensamente auténtica y que se irradia en la gran pantalla. La mayor parte de la película se desarrolla en flashback, el pasado de la década de 1990 iluminado por el resplandor de la retrospectiva, con fragmentos de imágenes de cámaras DV. En la propia película Sophie juega a veces con una cámara Mini-DV, un modelo que el propio padre de la directora regaló cuando era adolescente y con la que dejó plasmada prácticamente toda su infancia . Al escribir Aftersun, Charlotte Wells reprodujo viejas cintas Mini-DV que su padre le filmó, a veces dibujando diálogos a partir de las imágenes.
Tuesday fue el primer cortometraje de la cineasta escocesa de 35 años, del que bebe su debut cinematográfico, dado que también se centra en una niña y su padre. Desde 2013 Charlotte Wells reside en Nueva York, donde se mudó después de la universidad en Londres para realizar el curso MFA/MBA de la Universidad. Cuatro cortometrajes bien recibidos siguieron a su graduación de NYU, cada uno filmado por el director de fotografía Gregory Oke, un ex compañero de clase. Oke también filmó Aftersun, ayudando a Wells a esculpir el estilo visual característico de la película.
Según Empire “rara y especial, es una película capaz de convocar tanta conmoción: un sentimiento que persiste mucho más allá de los momentos dolorosos y conmovedores finales de la película en la pantalla. Que Aftersun sea el debut de la cineasta británica Charlotte Wells solo se suma a su logro”. Para The Observer es “un trabajo brillantemente seguro y estilísticamente aventurero, este drama sobre la mayoría de edad hermosamente discreto pero emocionalmente fascinante separa temas de amor y pérdida de una manera tan hábil que parece casi accidental. No se deje engañar; Wells sabe exactamente lo que está haciendo, y su narración es tan precisa como penetrante”. El éxito para TIME estriba en “lo maravilloso de los instintos de Wells y su sentido de la artesanía que nunca nos explica nada. Sin embargo, nos alejamos sintiendo que conocemos a estas personas, incluso si no tenemos claros todos los detalles de sus vidas”. Según The Independent “La mente, con demasiada frecuencia, moldea los recuerdos en profecías. Los colores se marcan. Las emociones se solidifican. Es algo difícil de hablar, y mucho menos de visualizar. Por eso Aftersun, el debut de la cineasta escocesa Charlotte Wells, es tan sorprendente. Ha capturado lo incapturable, encontrando las palabras y las imágenes para describir un sentimiento que siempre parece estar más allá de nuestra comprensión”. Para The New York Times “es difícil encontrar un lenguaje crítico para dar cuenta de la delicadeza y la intimidad de esta película.Esto se debe en parte a que Wells, con la precisión natural de un poeta lírico, está casi reinventando el lenguaje del cine, liberando el potencial a menudo dormido del medio para revelar mundos internos de conciencia y sentimiento”. Y para Time Out “Aftersun fluye como un recuerdo visitado con cariño que se repite sin cesar, como si tratara de encontrar un detalle importante que pueda explicar lo que sucedió. El ritmo fácil de la dirección de Wells saca lo mejor de sus intérpretes centrales, y la química entre Mescal y Corio se desarrolla sin esfuerzo. Los momentos de luz entre ellos son cálidos y los más oscuros persisten”.
