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Azkena Rock Festival 2004 (Vitoria-Gasteiz, del 9 al 12 de Septiembre de 2004) Parte II

Sábado 11 de Septiembre…


Azkena Rock Festival 2004Kuraia:


Kuraia

El sábado fueron los vascos Kuraia los encargados de abrir fuego. Aún con la gente medio desperdigada, sobre las cuatro de la tarde empezaba a tocar el cuarteto, que dio muestras de fuerza, coraje y distinción, pero la hora no acompañó a una de las pocas bandas locales del Azkena. Illuntasunari barre es el nombre de su segundo disco, del que sonaron algunos temas.

Jonny Kaplan & The Lazy Stars:


Jonny Kaplan & Lazy Stars

Jonny Kaplan no defraudó, y aunque su actuación era de los primeras un nutrido grupo de asistentes ya llenaba el escenario Azkena. The Lazy Stars son grandes músicos que acompañan a Kaplan, y decimos grandes porque su labor es para quitarse el sombrero. Sí, ese gran sombrero que llevaba Bugsy el batería, con Rik Sanchez a la guitarra y Ted Kamp completando una formación auténtica que brilla sin demasiada pompa.


Rik Sanchez

El show no pudo empezar mejor, ya que nos regalaron un tema nuevo realmente bueno llamado Keep rolling. La banda presentaba su último trabajo Ride free, editado en Portugal y España en este 2004 por Bittersweet Recordings. Un disco a tener en cuenta, que destella ese country-rock tan cercano a Gram Parsons (ídolo de Kaplan), Tom Petty o incluso a la unión mágica que tuvo Bob Dylan con The Band, pero que sonó aún mejor en directo. Versionar Everybody knows this is nowhere de Neil Young fue sin duda una estupenda manera de finalizar el mismo.

The Silos:


The Silos

El hispano-cubano Walter Salas-Humara es el artífice de esa fusión tan característica que ofrecen The Silos. Parapetados tras una dilatada carrera (llevan casi veinte años tocando y sacando discos), ofrecieron en el escenario San Miguel uno de los conciertos más esperados por buena parte del público, y dejaron asombrados a los que aún no los conocían.


Walter Salas-Humara

The Silos llegaron al Azkena con nuevo disco bajo el brazo, ya que este año han publicado When the telephone rings, y no dudaron en tocar algunos de sus temas, como la magnifica apertura The only love, con una guitarra acústica electrificada y con distorsión de Walter Salas que deja a uno de lo más parado. La banda interpretó también cortes de sus anteriores discos, como I’m straight del Susan across the ocean -editado en 1994-, I relieve del Laser beam next door -editado en 2001- y Satisfied de ese mismo álbum, que cerro la actuación del trío americano. Todo un acierto traer a esta banda que dejó a muchos de los asistentes perplejos con lo que ofrecieron en directo.

Backyard Babies:


El nuevo glam rock de los Backyard Babies cercano al punk-rock en muchos momentos, hizo vibrar al público asistente, obligándoles a mover la cabeza siguiendo el ritmo frenético y agresivo que avala a estos suecos. Empezaron con mucha fuerza gracias a Everybody ready, de su hasta la fecha último álbum Stockholm sindrome -editado en el 2003-, que parte del público empezó a canturrear. De ese mismo álbum sonaron A song for the outcast y también Say when, no sin antes dedicarla a las “señoritas” presentes.


Backyard Babies

Los Backyard Babies lograron descargar su energía desbordada y supieron enlazar temas del ya citado Stockholm sindrome con otros de sus anteriores discos. Prueba de ello el tremendo Star war de Making enemies is good -editado el 2001-. La respuesta del público hizo que tuvieran que volver a salir al escenario para dar un par de bises, como Brand new hate y su manera de hacer enemigos. Uno de los conciertos más explosivos del festival.

Matthew Sweet:


Matthew Sweet

Matthew Sweet pisaba por segunda vez España y estaba entusiasmado. Se le veía con muchas ganas, y desde un primer instante hubo ese “feeling” entre artista y espectadores que favoreció su pop-rock mas íntimo. Pero las guitarras tan rasgadas y sus melodías tan “beatlelmaniacas” en algunos momentos, fueron los principales protagonistas de uno de los conciertos más esperados del festival.


Matthew Sweet

Llegaba al Azkena con nuevo disco titulado Living things, del que tocó varios temas, aunque desbordó todas las expectativas y regaló algunas canciones antiguas que nos permitieron ver a una banda realmente conjuntada. Disfrutamos con The ugly truth de Altered beast, Death smile de su Kimi ga suki * raifu, o algunos temas del redondo Girlfriend, como Evangeline justo antes de terminar su setlist.

The Wildhearts:


Wildhearts

Los Wildhearts daban un toque de rareza al festival: entre tanto grupo americano, estos ingleses supieron satisfacer al público vitoriano con su particular hard rock. Y es que los primeros compases de Vanilla radio de su disco del 2003 Wildhearts must be destroyed descargaron energía por doquier. Hasta tuvieron un momentazo tocando algún tema de su gran disco debut, Earth vs. The Wildhearts, como es el caso de Everlone. There’s only one hell fue uno de los temas más coreados por los asistentes, que se estremecieron con los Wildhearts hasta el último instante.

The Screamin’ Cheetah Wheelies:


Mike Farris

Los americanos pisaban por primera vez Europa, y su exclusiva visita no defraudó en absoluto. Estábamos ante uno de los mejores conciertos del sábado y posiblemente del Azkena. Su enorme semejanza con los Black Crowes puede ser discutida, pero lo que sí que es de agradecer es que ambas bandas sean portadoras de poderosos sonidos rockeros.


The Screamin’ Cheetah Wheelies

Screamin’ Cheetah Wheelies se formaron en Nashville el 1990 y su principal virtud es la de fabricar buenos conciertos cada noche. Así, el que pudimos presenciar fue astuto y virtuoso, y además se pudieron explayar bastante por ser el último grupo en actuar en el escenario Azkena. Los guitarristas Rick White y Bob Watkins se fusionaron el uno con el otro y sus guitarras salpicaron clase y hermosura, aunque la voz de Mike Farris es la autentica batuta del grupo y su potencia y calidad es la que cuentan. La banda interpretó una buena muestra de las canciones más emblemáticas del grupo. Empezaron con I Dreamed de su fantástico disco Magnolia, siguieron con Shakin’ the blues de su primer disco homónimo Screamin’ Cheetah Wheelies editado en 1993. No dudaron en repasar su Big Whee (editado en el 2000) con su Boogie King y se dejaron para el glorioso final Ride The Tide con el publico del Azkena entregado al máximo. Privilegiados fuimos los que asistimos al estreno en el Viejo Continente de este sensacional grupo.

Violent Femmes:


Brian Richie

Y llego el turno a los Violent Femmes de empezar la recta final de grupos del sábado. La banda de Milwaukee empezó el concierto con ciertos altibajos que desconcentraron al público que tenia hambre de Flamin’ Groovies (al menos eso es lo que chillaban por las primeras filas). Pero bajo la tutela de Brian Richie la cosa se estabilizó y empezaron a ejecutar temas de su primer y exitoso álbum homónimo Violent femmes, editado en el 83. No dudaron en tocar la preciosa Blister in the Sun o la inquietante pero admirable Gone daddy gone, con ese xilofón tan esquizofrénico y característico. Un concierto memorable de una banda con una larga carrera y una gran experiencia encima de los escenarios, que hasta se atrevieron tocando Ring Of Fire del hombre que sería homenajeado el día siguiente, Jonny Cash.


Violent Femmes

Flamin’ Groovies:


Cyril Jordan

Una de las bandas más esperadas del festival, una de las grandes bandas de mediados de los 60, una de las mejores bandas de California, la respuesta americana a los Rolling Stones o a los mismos Beatles. ¡The Flamin’ Groovies tocaban en el Azkena!


Flamin’ Groovies

Empezaron a lo grande con ese Jumpin’ Jack flash homenajeando a los mejores Rolling Stones. Se les veía muy sueltos, con muchas ganas, pero el único miembro del grupo original, Cyril Jordan, no era suficiente para lo que pedía el público. Numerosos fans decepcionados ante tal concierto, al que muchos citaron como una tomadura de pelo. Los nuevos Groovies se centraron sobre todo en el disco Shake some action -editado en 1976-, ya que es uno de los favoritos de Cyril, y prueba de ello fueron los temas I can’t hide o Shake some action, que sonaron bien. Ésta era su única actuación del año, y dicen que la despedida de los Flamin’ Groovies. Se grabo todo el concierto para editarlo posteriormente en formato audiovisual, aunque tal vez no sea una buena idea.

Turbonegro:

Fue llegar al recinto del Azkena (apenas un par de horas antes del concierto) y ya pusieron pegas al ver que algunas cosas que habían exigido para tocar no estaban. Y querían romper el contrato como fuera, así que la organización tuvo que enviar a alguien a recorrerse Vitoria para encontrar esa botella de champagne francés tan especial para los Turbonegro.

Aun así los noruegos salieron al escenario, y con sus especiales y anecdóticas vestimentas repartieron su enigmático rock lleno de glam: Happy Tom el bajista del grupo con su sombrero de marinero, EuroBoy con su guitarra tan escalabrada y Hank Von Helvete haciendo de las suyas y liderando su banda.

Sin duda una gran edición la del Azkena Rock 2004. Veremos si el año que viene va creciendo en publico y calidad -difícil tarea– pero hay que destacar la labor de Last Tour International por su buena organización. Esperaremos ansiosos un año mas.

Fotos y Texto: Sergi Serrano.

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