Cine, Tv y Teatro

La película de la semana: Fue la mano de Dios

Fue galardonada con el Gran Premio del Jurado en el Festival Internacional de Cine de Venecia

Han pasado casi 30 años desde que Diego Maradona terminó su etapa como jugador en el Nápoles, pero un año después de su muerte a los 60 años, el grande argentino está tan presente como siempre en el mundo napolitano. Ahora más que nunca gracias también a la nueva de Paolo Sorrentino.

Su figura, el famoso fresco de Mario Filardi en el Barrio Español pintado en 1990 y restaurado en 2016, suele ser una de las paradas más frecuentes de los turistas. En el primer aniversario de su muerte, se devela una estatua de bronce frente al estadio que ahora lleva su nombre – Stadio Diego Armando Maradona – para celebrar el vínculo “eterno” con el “Pibe de Oro”. Su muerte conmocionó a los fanáticos de todo el mundo y decenas de miles hicieron fila para pasar frente a su ataúd, envuelto en la bandera argentina, en el palacio presidencial de Buenos Aires durante tres días de duelo nacional. Ambientada en los años 80, “Fue la mano de Dios” utilizó esa famosa frase que dijo Maradona en una entrevista en plena Copa del Mundo cuando le preguntaron qué hizo para marcar el primer gol contra Inglaterra como detonante para contar de un momento crucial en la vida del director. Cuando se anunció en su momento el rodaje de la película, sin embargo, la bienvenida por parte del entorno del futbolista no fue demasiado buena. El abogado y representante de Diego Armando Maradona anunció a través de Twitter que estaba estudiando medidas legales junto a su cliente para demandar tanto a Sorrentino como a la distribuidora del film, Netflix, por el uso no autorizado de su imagen para la cinta y por la utilización indebida de su marca registrada. .“[Fue la mano de Dios] es una bellísima frase, paradójica, porque fue dicha por un jugador de fútbol y se refiere a la única parte del cuerpo que no puede usarse en el fútbol, me parecía una buena metáfora. Era una frase emblemática y es un título que exagera la casualidad de la vida y los poderes divinos. Y yo creo en el poder semidivino de Maradona”, aseguró el cineasta italiano en una conferencia de prensa en Venecia donde le preguntaron por la elección del título

La película, sin embargo, ahora se considera una de las favoritas para los premios a la mejor película internacional– ya ha sido seleccionada por Italia como candidata- e incluso como mejor director para la próxima temporada de premios Oscar. “Afortunadamente, muchas de las cosas cómicas de la película eran reales, porque muchos miembros de mi familia eran interesantes, o al menos cuando yo era joven, me parecían así” ha comentado e director. Toni Servillo, colaborador desde hace mucho tiempo, interpreta al padre de Sorrentino, y el novato Filippo Scotti interpreta a su joven yo, Fabietto, un adolescente curioso, aunque abatido, que creció en el Nápoles de la década de 1980- Sorrentino le envió al joven actor una lista de la música de los 80s que había escuchado de niño como The Cure, Talking Heads o U2 para darle un poco de contexto – y que navega por sus primeros encaprichamientos sexuales febriles, la vida con una familia numerosa y amorosa -aunque un poco disfuncional- mientras trata de planear dónde podría su futuro.

La película de Sorrentino, y no es ni mucho menos la última, se une a la larga lista del género de cintas con tintes autobiográficos que han generado una buena producción en la historia del cine, desde Zéro de conduite (1933) de Jean Vigo, que fue fundamental para el nacimiento de Los 400 golpes (1959) de François Truffaut, My Childhood de Bill Douglas (1972), Amarcord (1973) de Fellini, American Graffiti (1973) de George Lucas, El espejo (1975) de Andrei Tarkovsky, la bélica Uno Rojo, división de choque (1980) de Samuel Fuller, El largo día acaba (1992) de Terence Davis, This Is England (2006) de Shane Meadows, la animada Persepolis (2007) de Vincent Paronnaud & Marjane Satrapi, Las Playas de Agnès (2008) de Agnès Varda o la más reciente Dolor y Gloria (2019) de Pedro Almodóvar, sin olvidar películas aún sin estrenar como Belfast de Kenneth Branagh, que suena también para los Oscars, y rodajes en proceso como The Fabelmans de Steven Spielberg o Armageddon Time de James Gray.

¿Está esta película autobiográfica a la altura de obras maestras como  Amarcord o American Graffiti? En general la opinión de la crítica es que aún le queda mucho camino. Para Los Angeles Time “Sorrentino y su elenco hacen que estos recuerdos adolescentes estremezcan con frescura. Como nuestros propios recuerdos más nítidos de la adolescencia, la neblina de la nostalgia no embota su contorno”. Según The Hollywood Reporteres el trabajo de un director con pleno dominio de sus dones, desde las viñetas caleidoscópicas de la vida familiar que hacen de la primera mitad un placer constante hasta la modulación flexible del tono a mitad de camino…”. Para The Guardian sería realmente obtuso no maravillarse con la exuberancia, la energía y la vívida inmediatez momento a momento de esta película: Sorrentino es un cineasta que siempre está en movimiento, en ataque”. Sin embargo, para Washington Post “a pesar de toda su belleza y conmoción, La Mano de Dios sufre una extraña paradoja: dura demasiado, pero de alguna manera no llega lo suficientemente lejos”. Y según San Francisco Chronicle “en esencia, Sorrentino se quedó a mita de camino de La Mano de Dios y asumió que el resto saldría por sí solo.Empezó a filmar demasiado pronto.Su guión necesitaba trabajo”.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Botón volver arriba