Hot Chip – The warning
La banda londinense Hot Chip parece haberse despojado de ese hermetismo que encerraban sus primeros trabajos, eliminando guitarras acústicas y otros sonidos de carácter más introspectivo, y centrándose en explotar su lado más extrovertido tanto a través de hits dirigidos a la pista de baile como por medio de un electro-pop facturado con una belleza deslumbrante. Estamos hablando de The warning (DFA/Astralwerks, 2006), tercer largo de los ingleses, y que supone su estreno en la discográfica del que ha sido su padrino, James Murphy.
En The warning, Hot Chip se olvidan de ofrecer una lírica profunda o muy trabajada y toman el “legado”, un tanto al estilo Kraftwerk, de decir lo que quieren en pocas palabras, pero directo al grano. El comienzo del disco es verdaderamente espectacular: Careful puede que no sea un hit superventas, pero la originalidad de la propuesta y la producción final merecen una mención especial. El ritmo frenético que invade la canción, los ritmos un tanto rave, unidos a una potente batería, nos revelan lo costoso de su creación, tal y como nos indica Joe Goddard: “El hecho de haber podido completar esta canción juntos reafirmó nuestra creencia de que podíamos llegar a un punto común”. Y es que tanto Goddard como Alexis Taylor (las dos cabezas visibles de la banda) no sólo consiguen destacar en el lado compositivo, sino que también como pareja vocal logran encandilar al oyente, como por ejemplo en el momento más delicioso del álbum: And I was a boy from school, tema con mucho regusto al synth-pop de finales de los ochenta, con un estribillo totalmente melancólico.
En Colours observamos otro de los puntos fuertes de The warning: el tratamiento de la electrónica. En este caso destaca el exquisito uso de capas que se van superponiendo unas sobre otras (el maestro Matthew Herbert y su Bodily functions tiene algo que decir al respecto), donde consiguen pasarnos de una simple melodía inicial a un burbujeante y profundo mundo lleno de colores. Por supuesto que sería un pecado no mencionar el single Over and over, hit supremo del álbum y que sirvió como inmejorable anzuelo para cualquier indietrónico con vocación hedonista antes de que saliera el disco. Aquí no hay casi concesiones pop, todo va orientado a moverte: el repetitivo conjunto de batería y bajo, mezclado con el sonido pesado de los sintetizadores, logra captar la atención del oyente en todo su minutaje.
Es a partir de este momento cuando el álbum deja de ser un soberano disco para pasar a ser un buen trabajo (que por supuesto, no es moco de pavo). En Look after me encontramos a los Hot Chip más calmados, manejándose con soltura en un terreno menos espectacular que el inicio, pero demostrando ese conseguido lado melancólico a través del dúo vocal londinense. También podemos encontrar ecos de deep-house en Just like we (breakdown), o resonancias 2-step en la canción que da título al álbum, The warning.
Definitivamente, en su último trabajo Hot Chip demuestran una gran sapiencia, exquisita por momentos, de cómo llevar a cabo un sonido sofisticado, simple y claro a través de una colección de canciones totalmente diferentes entre sí.