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Los libros de la semana

Entre los libros más vendidos encontramos en ficción las entradas de Los errantes (Anagrama) de la reciente Premio Nobel de Literatura Olga Nawoja Tokarczuk y Alegría (Planeta) de Manuel Vilas. En no ficción destacan Auschwitz, última parada (Espasa) de Eddy De Winde y Franquismo S. A. (Akal) de Antonio Maestre, mientras que en poesía El alma de las flores (Satori) de Kaneko Misuzu y en bolsillo Macbeth (Debolsillo)de Jo Nesbo, Doctor sueño (Debolsillo) de Stephen King y Más allá del invierno (Debolsillo) de Isabel Allende. En cuanto a las novedades:

La casa holandesa (AdN) de Ann Patchett.Traductor/a : Carmen Francí Ventosa. A finales de la Segunda Guerra Mundial, a Cyril Conroy lo visita la suerte: hace una única pero muy inteligente inversión que le permite poner en marcha lo que se convertirá en un gigantesco imperio inmobiliario. El negocio catapulta a su familia desde la pobreza a una ingente riqueza, y su primera decisión es comprar la Casa Holandesa, una rica mansión a las afueras de Filadelfia. La casa, que pretende ser un regalo para su esposa Elna, terminará marcando los designios de toda la familia. Elna, incapaz de soportar la vida en una mansión como aquella, abandona a su familia para entregarse a los más necesitados. Maeve, la hermana mayor, se verá obligada a ejercer de madre para Danny, el pequeño. Circunstancias imprevisibles golpean a los hermanos, que se ven obligados a abandonar su casa de ensueño y rayan de nuevo la pobreza de la que habían escapado sus padres. La adversidad y una profunda nostalgia hacia el hogar que les ha sido arrebatado forjarán un vínculo indestructible entre ellos. La Casa Holandesa es un cuento de hadas sembrado de claroscuros, un relato sobre un paraíso perdido que ahonda en cuestiones como la memoria, el amor y el perdón.

Con las horas cantadas. Memorias (Editorial Libros del Kultrum) de Gil Scott Heron.Fragmentos de diarios, dietarios, epifanías, aforismos y poemas que dan fe de los extraordinarios logros del “Dylan negro” al tiempo que componen una conmovedora estampa de sus tempranas vivencias y de su peripecia vital; salpicada con los recuerdos de los momentos compartidos con otros compañeros de armas -Bob Marley, Michael Jackson- y también por la aparición de sus mentores en la industria musical -Clive Davis, Stevie Wonder- y en las procelosas aguas del mundo del libro. Con las horas cantadas certifica el magisterio de Scott-Heron como cronista accidental de su circunstancia, acercándonos al pensamiento del versátil e infatigable activista.Traductor: Toni Cardona

Bajo cielos rojos (Editorial RBA) de Karoline Kan.Ser la segunda hija en el país de la política del hijo único es todo un desafío. Hoy Karoline Kan es una milenial ambiciosa que lucha por su carrera profesional y su vida personal en una época de cambios sociales vertiginosos y que descubre las raíces de su propia historia en la China de las generaciones anteriores. Kan relata las apasionantes historias de su abuela, que pugnó por ayudar a su familia a superar la gran hambruna; las de su madre, que llevó en secreto su segundo embarazo, y las de su prima, una operaria industrial que subsiste con un salario de menos de un euro por hora. A través de las historias de tres generaciones de mujeres en su familia, Karoline Kan, una ex reportera del New York Times con sede en Beijing, revela cómo se abrieron camino en un país acosado por la pobreza y los disturbios políticos a menudo violentos.

The beautiful ones (Reservoir books) de Prince.The Beautiful Ones nos cuenta cómo Prince se transformó en Prince: su relato en primera persona nos muestra a un ávido joven que decide empaparse primero del mundo que le rodea para luego moldear un personaje, una visión artística y finalmente una manera de vivir, mucho antes de que sus primeros éxitos y la fama lo constriñan y pretendan redefinirle. El libro está dividido en cuatro partes. La primera es el testimonio autobiográfico que Prince escribía antes de su repentina y trágica muerte; son páginas que nos llevan al mundo de su infancia a través de una prosa lírica y personal. La segunda presenta, a través de diarios y libretas de recortes, los años formativos de Prince como músico, previos a la publicación de su primer disco. La tercera nos muestra, en sinceras imágenes, la evolución de Prince hasta llegar a la cúspide, a su logro artístico más grande, que descubriremos en la cuarta parte del libro: el tratamiento original y manuscrito de Purple Rain, sin duda la conclusión del proceso de crearse a sí mismo emprendido por el artista, que en esta pieza da a las tres secciones previas forma de viaje heroico . El editor del libro, Dan Piepenbring, completa el retrato con una introducción fascinante y conmovedora sobre cómo fue colaborar con Prince en sus últimos meses de vida, en un momento en que el artista meditó profundamente sobre cómo podía revelar al mundo más detalles de sí mismo y de su manera de pensar sin perder el misterio y la mística que tan cuidadosamente había tejido a su alrededor. También son de Piepenbring las notas que dotan de contexto a las imágenes del libro.

Mi hermana, asesina en serie (Alpha Decay) de Oyinkan Braithwaite. Traducción de Montse Meneses. Ayoola tiene un serio problema con sus novios: cuando se cansa de ellos, cuando le decepcionan, o a veces sin motivo aparente, los mata. Ya lleva tres, lo cual la convierte, en cierta manera, en una asesina en serie. La única que lo sabe es su hermana Korede, que movida por un amor fraternal cada vez más en el alambre, ha ayudado a Ayoola a eliminar pistas, cubrir sus pasos y, en definitiva, evitar que se descubra que aquellas misteriosas desapariciones de hombres jóvenes que se están produciendo en Lagos llevan su marca letal. Por si la situación no fuera suficientemente complicada, Korede contempla horrorizada cómo su hermana empieza a salir con el hombre de sus sueños –el médico del hospital en que trabaja como enfermera–, por lo que deberá replantearse su rol de cómplice, si no quiere que este triángulo amoroso termine en un baño de sangre. A partir de estas dos hermanas peculiares, con personalidades opuestas y maneras muy distintas de integrarse en la jerarquía social –Korede representa el esfuerzo, el control, el respeto a las normas; Ayoola es anárquica, visceral, irresponsable, pero libre–, Oyinkan Braithwaite ha construido una trama negra tanto en su sentido del humor como en su vibrante desarrollo a la manera de thriller, situado en una Nigeria de principios de siglo XXI tan dinámica como peligrosa en este momento de cambios económicos y demográficos de la nueva África. Un magnífico debut en la novela en el que, con una prosa afilada y un ritmo embriagador, la joven escritora desliza agudas reflexiones sobre el poder de la consanguinidad, las relaciones tóxicas y las posibilidades reales de comprensión y convivencia pacífica entre mujeres y hombres.«Una bomba de libro: agudo, explosivo, hilarante.» The New York Times

Material inflamable (Contra)de Richard Lloyd. Richard Lloyd vivió en carne propia una de las épocas más fértiles y convulsas de la historia del rock. A partir de una serie de recuerdos, traumas, experiencias al límite y pensamientos entre visionarios y delirantes a modo de intensos fogonazos, el mítico guitarrista y fundador del grupo Television da buena cuenta de la gestación de uno de los mejores discos de rock de todos los tiempos: el seminal Marquee Moon (1977), cuyo diálogo-batalla de guitarras con Tom Verlaine marcó un antes y un después en la historia de la música popular. En estas páginas arrebatadas, también se reviven momentos fundamentales de la escena musical de finales de los setenta, como el auge del mítico club neoyorquino CBGB —un antro cuya programación Lloyd animó personalmente y que dio lugar a los primeros conciertos de los Ramones, Blondie, Talking Heads o los propios Television— y encuentros inolvidables con Jimi Hendrix, Keith Moon, Buddy Guy, John Lee Hooker, Keith Richards o Led Zeppelin. Pero Material inflamable es mucho más que una autobiografía musical al uso. Lejos de limitarse a relatar la manida tríada de sexo, drogas y rock and roll, Lloyd también explica su temprana experiencia con la locura y sus durísimos internamientos en los manicomios norteamericanos de los años sesenta, su fascinación por la guitarra como medio de expresión y trascendencia, y un anhelo espiritual sobrecogedor que lo llevó a construir un pensamiento mágico con el que oponerse a lo convencional y anodino. Todo ello conforma unas memorias originalísimas, intensas, directas e hilarantes que evocan en un registro entre la oralidad y la urgencia una vida marcada a fuego por la música.

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