La película de la semana: Sueños de trenes

Netflix presenta la adaptación de la novela corta de 2011 del autor Denis Johnson y aclamada en su estreno en Sundance. El libro fue finalista del Premio Pulitzer.
Fue dirigida por Clint Bentley, responsable previamente de Jockey (2021). La cinta es un retrato de Robert Grainier (interpretado por Joel Edgerton), un jornalero y trabajador ferroviario cuya vida se desarrolla en el contexto del Oeste americano en rápida transformación a principios del siglo XX. Felicity Jones interpreta a su esposa, Gladys Grainier. El reparto también incluye a William H. Macy (en un papel breve pero decisivo como experto en explosivos llamado Peeples), Kerry Condon y Clifton Collins Jr. Los cineastas buscaron plasmar los profundos temas de la historia: la historia entrelazada de Estados Unidos con su expansión hacia el oeste, la dualidad del tren (que representa tanto el progreso como la destrucción) y la relación del ser humano con la naturaleza durante una época de inmensos cambios industriales. Bentley y su equipo se inspiraron visualmente en fuentes como la fotografía de Dorothea Lange (especialmente su trabajo durante la Gran Depresión, que capturaba «la belleza en medio del caos y la tristeza») y la filmografía de Andrei Tarkovsky (Stalker, El espejo, El sacrificio), que también explora la conexión de la humanidad con el mundo natural.
El director Clint Bentley sufrió la pérdida de sus padres mientras preparaba la película, lo que, según se cuenta, transformó su comprensión de los temas del duelo, la transformación y la memoria presentes en la historia, haciendo que los «sueños» se sintieran más como «apariciones». La producción, además, se comprometió con la autenticidad- rodar en la zona donde transcurre la historia siempre fue una premisa del equipo- rodándose aproximadamente el 99% de la película en exteriores. El rodaje tuvo lugar principalmente en la región del Noroeste Interior, escenario de la novela original. Esto incluye localizaciones en el este de Washington (como Spokane, Metaline Falls y Colville) y el norte de Idaho.
De esa forma, la mayor parte de la película se rodó en entornos naturales para mantener una estética naturalista, y su aspecto visual se logró gracias a un enfoque naturalista del director de fotografía Adolpho Veloso, quien se mantuvo fiel al paisaje y a la iluminación disponible. Para las escenas nocturnas y de interiores -muchas de las cuales transcurren alrededor de fogatas o en la cabaña- el equipo utilizó principalmente fuego real, velas y lámparas de aceite como fuentes de luz para mantener una autenticidad sólida. Sin embargo, el equipo construyó la cabaña para Robert Grainier y su familia en exteriores, bajo la dirección del diseñador de producción Alex Schaller. La música, por otro lado, fue compuesta por Bryce Dessner (miembro de la banda The National y compositor de música para películas como El Renacido).
La película fue aclamada por la crítica tras su estreno en Sundance, y muchas reseñas sugirieron que logró plasmar con éxito en la pantalla la naturaleza delicada y meditativa de la novela. Para The Hollywood Reporter «Fluye, avanza con calma o a trompicones, pasando por momentos de alegría, sorpresa, descubrimiento, soledad o tristeza devastadora, pero también, con la misma frecuencia, por experiencias aparentemente mundanas que solo más tarde revelan su significado cuando miramos hacia atrás» y según The Times «más que un western, en parte romance, en parte tratado filosófico, esta joya del Festival de Cine de Sundance también se siente como la mejor película de Terrence Malick que Malick nunca dirigió». Para Variety «por momentos se siente casi como un mosaico por la forma en que sus piezas encajan, con ciertos sonidos e imágenes que parpadean brevemente, casi subliminalmente, en nuestra conciencia, a menudo para resonar más adelante». Y según The New Yorker «el resultado invita a comparaciones obvias, aunque no desacertadas, con la obra de Terrence Malick, pero la película de Bentley —a pesar de su imaginería cristalina, su visión del hogar de Grainier como un Edén caído y su aire de asombro metafísico— se desarrolla en un registro más dramático, directo y compacto». Finalmente para The Guardian «en su mejor momento, el guionista y director Clint Bentley y el coguionista Greg Kwedar han creado una película hermosa y conmovedora sobre la vida silenciosa y dolorosa en un lugar frágil, sustentada por una actuación magníficamente sensible y contenida del todavía subestimado Edgerton».







