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Mogwai – Mr. Beast

Después de tres años de silencio, los escoceses Mogwai dejan las canciones felices y se meten de lleno otra vez, y menos mal, en la oscuridad que siempre les ha caracterizado. Mr. Beast (Matador, 2006) es el título de un álbum distinto en cuanto a forma pero manteniendo su toque intenso de siempre. Grabado en su propio estudio bautizado con el nombre de «Castle Of Doom», con Alan McGee como nuevo manager de la banda, es ya el quinto de su carrera.

En este nuevo trabajo Mogwai han compactado y comprimido sus ideas en canciones que apenas superan los 5 minutos. A priori una novedad, ya que en sus anteriores obras fomentaban los desarrollos largos y ésa era una de las marcas de la casa. De entrada parece que han adoptado un tono mucho más comercial y han cuidado bastante las melodías de las canciones. Pero si nos adentramos un poco en éstas, observamos que su furia sigue intacta, aunque tiende ligeramente a amoldarse en estructuras tupidas y, sin lugar a dudas, mucho más lineales.

Una cosa que echamos en falta es esa brusquedad emocional desgarradora de sus primeros discos. Éstos estaban llenos de crescendos que producían ataques repentinos de pelos de punta al oyente, donde las sensaciones eran mucho más oscuras. Es algo que Mogwai deberían recuperar tarde o temprano. El disco empieza con Auto rock un tema con alta intensidad que repite una y otra vez la misma melodía de piano. Después nos encontramos con Glasgow mega-snake, mucho más enérgica y contundente que la anterior, y dejando entrever esa mirada al pasado llena de suculenta distorsión. Acid food es una canción lenta con aires country y una de las pocas del disco que nos encontramos con letra. Pero quizás la guinda de este álbum la hallamos en Friend of the night, el mejor tema que han escrito los escoceses desde su elogiado por muchos Rock action (Matador, 2001). Su melodía es la suma de tristeza y melancolía, un piano delicado y sincero que nos transporta por diferentes estados de ánimo. Folk death 95 vive de esa distorsión peculiar de sus primeros discos y en el que hay subidas y bajadas aunque poco pronunciadas. En I chose horses recurren al japonés, lo que le da un toque asiático a la composición realmente inesperado. El disco termina con We’re no here un tema ruidoso y lapidario.

Mr. Beast mejora, bastante, la imagen de Mogwai después del muy criticado Happy songs for happy people (Matador, 2003), pero, para un servidor, la forma de trasladar sus ideas al terreno musical ha resultado fallida. Si bien con este disco han demostrado que pueden volver a crear canciones poderosas, ensordecedoras y heroicas. Mejorando nota a nota.

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