La película de la semana: La Zona de Interés
Se estrena la cuarta película y primera en una década del director Jonathan Glazer, candidata del Reino Unido a los Oscar a mejor película internacional.
La zona de interés está basada en la novela de Martin Amis de 2014.La novela de Amis, fallecido el pasado año, era su segunda obra de ficción que abordaba el tema después de La flecha del tiempo de 1991. La villa Höss, en el sur de Polonia, es un idílico edificio de dos plantas con un jardín perfectamente cuidado. También se encuentra a la sombra de Auschwitz, el campo de concentración más grande y mortífero del Tercer Reich. La antigua casa fue arrebatada a una familia polaca y fue sometida a cambios arquitectónicos por parte del comandante nazi Rudolf Höss, quien sirvió como comandante del campo de Auschwitz desde mayo de 1940 hasta diciembre de 1943 y que compartió la casa con su esposa Hedwig y sus dos hijos. Después de la guerra, Höss vivió bajo una identidad falsa antes de que la inteligencia británica lo localizara y lo arrestara. Ruloph testificó en los Juicios de Nuremberg (un tribunal conjunto ordenado por Francia, la Unión Soviética, el Reino Unido y los Estados Unidos entre 1945 y 1946) antes de ser juzgado en Polonia y ahorcado el 16 de abril de 1947 en el lugar de sus crímenes. Christian Friedel interpreta a Rudolf. Sandra Huller es su esposa, Hedwig.
La zona de interés, la primera película en una década de Jonathan Glazer desde Under the Skin (2013), y ganadora del Gran Premio y del premio FIPRESCI en el Festival de Cine de Cannes de 2023, es la candidatura británica a la mejor película internacional para los Oscar de este año. La película se hizo recreando la casa real- desde el final de la guerra una residencia privada-que el diseñador de producción Chris Oddy había visitado una seis o siete veces. Se rodó con diez cámaras ocultas en lugares de la casa, con luz natural, y sin equipo en el set, para crear una sensación de objetividad neutral en su narración, como si fuera un enfoque de Gran Hermano, mientras que el diseñador de sonido Johnnie Burn compiló un documento de 600 páginas para recrear el sonido ambiente de toda la filmación. El propio Glazer colaboró con el Museo de Auschwitz y otras organizaciones, y obtuvo un permiso especial para acceder a los archivos, donde examinó testimonios proporcionados por supervivientes y personas que habían trabajado en la casa de los Höss. Durante la filmación, los actores entraban al set y simplemente existían, realizando actividades domésticas mundanas en el hogar mientras las cámaras filmaban, lo que les permitió improvisar y experimentar ampliamente durante un rodaje de 50 días.
La Segunda Guerra Mundial, y en concreto, la situación de la Alemania Nazi ha quedado reflejado en numerosas ocasiones y en distintos géneros con mayor o menos polémica, desde prácticamente la propia guerra en marcha y mucho más a partir de los años 50 y 60, con la proliferación de novelas ambientadas en aquellos años, desde el thriller/acción, incluso aventura, como La noche de los generales (1967), El desafío de las águilas (1968), Los violentos de Kelly (1970), Los niños del Brasil (1978), o incluso Indiana Jones (1981) o Valkiria (2008) e incluso hasta crear una especie de subgénero propio de “escape” como en La gran evasión (1963) o Evasión o victoria (1981). El drama parecía, en principio, el género más apropiado o considerado en ejemplos como La tienda de la calle Mayor (1965) o La decisión de Sophie (1981), pero también se vio envuelto en polémica como en la controvertida El portero de noche (1974). La Alemania Nazi tampoco ha escapado al difícil arte de la comedia como la profética El Gran Dictador (1940) o las más recientes La vida es bella (1997), Jojo Rabit (2019) o la inclasificable Malditos bastardos (2009) de Quentin Tarantino. En la memoria han quedado, en todo caso, grandes obras, por citar solo algunas, como El baile de los malditos (1958), Vencedores o vencidos (1961), Julia (1977), Una jornada particular (1977), La fórmula (1980), El submarino (Das Boot) (1981), Europa, Europa (1990), La lista de Schindler (1994), El Pianista (2002), El hundimiento (2004) o, más cercanas, Los falsificadores (2007), The Reader (2008), Son of Saul (2015) o El Capitán (2017).
Para The Telegraph “”escribir poesía después de Auschwitz es una barbarie”, escribió Theodor Adorno. En cambio, la película de Glazer nos ofrece lo prosaico, remodelándolo hasta convertirlo en el tipo de arte más oscuro y vital que podríamos producir como especie”. Según The Hollywood Reporter “a estas alturas no parece exagerado decir que Jonathan Glazer es incapaz de hacer una película que no sea vigorosamente original”. BBC describe su parecido como “en cierto modo el de un sketch cómico absurdo y negro abismal o a una instalación de videoarte. Se podría decir que su única observación es la coexistencia continua de una crueldad grotesca y una vida cotidiana alegre, pero hace esa observación con un control formal tan riguroso y una dedicación inquebrantable que su poder de conmoción nunca disminuye”. Para Variety “es una película extraordinaria: escalofriante y profunda, meditativa e inmersiva, una película que acerca la oscuridad humana a la luz y la examina como si estuviera bajo un microscopio. En cierto sentido, es una película que juega con nuestro voyeurismo, nuestra curiosidad por ver lo invisible. Sin embargo, lo hace con una originalidad tonificante”. Según TIME “La zona de interés es posiblemente la película menos abiertamente traumática sobre el Holocausto jamás realizada, pero es devastadora de la manera más silenciosa”. The Guardian no se esconde de una polémica ya habitual en el género “con su magnífica música de Mica Levi y diseño de sonido de Johnnie Burn, tiene un poder indudable, pero bien podría revivir el debate sobre cómo evocar ingeniosos efectos cinematográficos a partir de los horrores de la historia”. Y para The New York Times “lo único que queda claro de lo que aparece en pantalla es que Glazer ha realizado un ejercicio cinematográfico de arte hueco y autoengrandecedor ambientado en Auschwitz durante el Holocausto”.