Se apaga la luz de Saint-Tropez: Muere Brigitte Bardot, la eterna rebelde de la gran pantalla.
Nacida en 1934 en París, Brigitte Bardot se formó inicialmente como bailarina antes de dedicarse al modelaje y la actuación. Alcanzó fama internacional en 1956 con la película Y Dios creó a la mujer, dirigida por su primer marido, Roger Vadim. Este papel la consolidó como un icono mundial y un símbolo de la revolución sexual, lo que le valió el apodo de «la gatita sexy». A lo largo de la década de 1960, se convirtió en una de las mujeres más fotografiadas del mundo, protagonizando películas aclamadas como El desprecio de Jean-Luc Godard y Viva María! de Louis Malle. Más allá de la gran pantalla, fue una importante creadora de tendencias culturales, popularizando el bikini, el escote Bardot y el otrora tranquilo pueblo pesquero de Saint-Tropez.
En el mundo de la música, Bardot se convirtió en una figura central del movimiento yé-yé, el fenómeno pop francés de la década de 1960. Aunque comenzó cantando para bandas sonoras de películas, su carrera alcanzó su punto álgido gracias a sus legendarias colaboraciones con Serge Gainsbourg. Juntos, grabaron temas icónicos como Bonnie and Clyde y la versión original de Je t’aime moi non plus. Su estilo vocal, entrecortado y coqueto, y sus videoclips vanguardistas, como el de «Harley Davidson», donde lucía botas de cuero hasta el muslo, consolidaron su estatus de icono del pop. Incluso figuras como John Lennon y Bob Dylan la citaron como su musa principal, e incluso Dylan le dedicó un poema en la contraportada de su álbum de 1964. También la mencionó por su nombre en I Shall Be Free, que apareció en su segundo álbum, The Freewheelin’ Bob Dylan.
En 1973, en la cima de su fama y poco antes de cumplir 40 años, Bardot se retiró abruptamente de la industria cinematográfica para dedicar su vida al bienestar animal. Utilizó su enorme plataforma pública para lanzar campañas de gran repercusión, como su viaje a los témpanos de hielo canadienses en 1977 para protestar contra la caza de crías de foca. En 1986, fundó la Fundación Brigitte Bardot, financiada en gran parte por la subasta de sus joyas y pertenencias. Aunque sus últimos años estuvieron marcados por la controversia política y las multas legales derivadas de sus opiniones, se mantuvo como una firme activista por los derechos de los animales hasta su fallecimiento a finales de 2025.
