[Crónica] Madness (Sevilla, 06/07/25)

Madness, formada en 1976, fue pionera en el desarrollo del ska en el Reino Unido. Este género, precursor del reggae, fusiona la música folk caribeña y el calipso con el rhythm and blues y el jazz estadounidenses. La banda, junto con The Specials, lideró este movimiento a principios de los ochenta, influyendo a toda una generación. Si bien llevan 38 años juntos, incluyendo los seis que se tomaron un receso entre 1986 y 1992, es notable que la formación original apenas haya cambiado, salvo por el trompetista Chas Smash, quien emprendió una carrera en solitario.
Aún más destacable es que, casi 50 años después de su creación, lejos de la previsible decadencia en un mundo discográfico tan voluble, Madness disfruta de un momento realmente dulce. Su álbum más reciente, Theatre of the Absurd Presents C’est La Vie, lanzado en 2023, alcanzó por primera vez el número 1 en Inglaterra, desbancando nada menos qeu a Taylor Swift del puesto de honor.
El concierto comenzó puntualmente en la plaza de España de Sevilla, dentro de la edición 2025 del ICÓNICA FEST, con las imágenes de un viejo televisor en blanco y negro y el grupo interpretando «One Step Beyond», su primer instrumental y éxito de 1979 (también top 10 en España, aquí titulado «Un paso adelante»). Siguieron «Embarrassment», que narra la reacción negativa de la familia de Lee Thompson ante el embarazo de su hermana Tracy, de 17 años, y «The Prince», canción dedicada a su ídolo del ska, Prince Buster, fallecido en 2016, con imágenes del músico de fondo.
Suggs, el carismático vocalista, cautivó al público durante toda la noche con sus ingeniosas bromas y su energía contagiosa. Las composiciones más recientes, como «NW5» (de su álbum de 2009, a pesar de su sonido clásico), se integraron a la perfección entre sus piezas más antiguas como «My Girl». Otras, como una «Wings of a Dove» menos épica que la original—aunque comprendo que es imposible incluir un coro góspel para una sola canción en una gira—, les sirven aún como reivindicación actual (Free Palestine). Continuó «Lovestruck», su notable sencillo de regreso en 1999, después de una década, y su primer top 10 en el Reino Unido en 16 años, con Lee Thompson, una vez más, brillante al saxofón y en constante movimiento durante toda la noche. Luego, interpretaron «The Harder They Come», su versión del clásico de Jimmy Cliff, que adornaron con imágenes de la película homónima protagonizada por el propio Cliff. Con «Shut Up» llegó el club de la comedia, y el vocalista Suggs fue perseguido por tres policías, como en el clásico videoclip de la canción de 1981.
El tramo final fue de menos a más, con un Suggs cada vez más histriónico como anfitrión, presentando «Bed and Breakfast Man» y la tan vigente historia del hombre con doble vida «Mr. Apples» —en la que hizo referencia a los políticos británicos, y no con buenos modos, para ceder la opinión al público («¿y qué tal son los vuestros?«)—. Y, sobre todo, su número 1, «House of Fun», curiosamente inspirada en la incomodidad de comprar condones en 1982, y «Baggy Trousers», con alusiones a su época escolar, acompañada de la advertencia de que un público más joven debería «educarse o acabarás como él», señalando a Thompson. El espectáculo, a excepción de los bises, concluyó con las dos melodías más populares de su trayectoria: «Our House», que sonó tan perfecta como en el álbum y coreada por la multitud, y la versión de «It Must Be Love» de Labbi Siffre.
Prince Buster fue una gran inspiración para ellos; de hecho, el nombre de la banda se tomó de otra de sus canciones, «Madness», de 1963. Esta fue la primera pieza del bis, junto a «Night Boat to Cairo», en cuyo lanzamiento en 1979 el saxofonista Lee Thompson lució el fez, una pieza de merchandising favorita de los fans y ahora emblema de la banda, no sin antes abordar una parodia de Liam Gallagher y Oasis. Con muchos más integrantes que los que componen la agrupación de los hermanos Gallagher, Madness sí se mantuvo resistente durante todos estos años, expandiendo su legado como una banda icónica del ska. Y el domingo, más Icónica que nunca.






