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La película de la semana: Weapons


Se estrena la película de terror y misterio estadounidense escrita, producida y dirigida por Zach Cregger, la segunda del director e inspirada en parte por Magnolia de Paul Thomas Anderson.

La película fue escrita y dirigida por Zach Cregger, quien anteriormente escribió y dirigió la película de terror Barbarian (2022), un thriller de éxito retorcido sobre una doble reserva accidental en un Airbnb que conduce a un descubrimiento aterrador, y con el que el joven director se unió a una tendencia de comediantes convertidos en cineastas de terror- irónicamente Cregger era exmiembro de la compañía de comedia de sketches The Whitest Kids U’Know- impulsada por Jordan Peele. Barbarian recaudó nada menos que 45,4 millones de dólares en todo el mundo, otro gran éxito del género, dado el presupuesto de unos 4,5 millones. Hasta tal punto que la puja por los derechos de Weapons fue intensa, con múltiples productoras presentando ofertas. New Line Cinema, productora propiedad de Warner Bros., ganó la subasta en enero de 2023 tras presentar una oferta de 38 millones de dólares,

Weapons está protagonizada por Julia Garner y, en lugar de Pedro Pascal, quien abandonó el proyecto debido a su apretada agenda, incluyendo el reboot de Los Cuatro Fantásticos, el director fichó a Josh Brolin, también estrella de Marvel, quien debutó en Los Goonies en 1985. Sin entrar en detalles, Weapons no está basada en una historia real, aunque Cregger se ha inspirado en historias reales. En una entrevista reciente con Entertainment Weekly, Cregger habló de esto abiertamente. Si bien la película no se basa en una situación específica, reveló que se inspiró en un dolor muy real: «Es una historia increíblemente personal. Hay ciertos capítulos que son legítimamente autobiográficos y que siento que viví».

La presencia del niño se ha convertido en un ingrediente esencial del género de terror desde la tradición gótica romántica. Anteriormente, los niños tenían un repertorio limitado de roles como la víctima juvenil, el huérfano o el mártir, pero hacia mediados del siglo XX, se han vuelto omnipresentes capaces de metamorfosearse en el delincuente incurable, el villano y el asesino. La mera alusión a la infancia y sus asociaciones (juguetes, muñecas, retratos, pinturas infantiles, risas y carcajadas) se han vuelto capaces de desencadenar una sensación de pavor y ansiedad. La participación de niños en la película de terror es, por lo tanto, prácticamente un plus garantizado de auténtico pavor, y, de hecho, algunas de estas obras son hoy reconocidas como de las mejores del género, desde el cine clásico como La mala semilla (1956)-uno de los grandes éxitos de 1956 para Warner Bros., que en su momento generó a la compañía 4,1 millones de dólares- El pueblo de los malditos (1960) de John Carpenter, un fracaso de taquilla para John Carpenter, otros más oscuros o de culto como Kill, Baby…Kill! (1966) o Spider Baby (1967), pero sobre todo durante el boom de los 70s con El exorcista (1973), La profecía (1976), ¿Quién puede matar a un niño? (1976) de Ibáñez Serrador, Cromosoma Tres (1979), El resplandor (1980), Poltergeist (1982), Los chicos del maíz (1984) o IT (1990), junto a otros más recientes como El sexto sentido (1999), Los otros (2001) de Amenábar, The Ring (2002), Hard Candy (2005), Déjame entrar (2008), We Need to Talk About Kevin (2011), The Babadook (2015) o Hereditary (2018).

Para Time Out «Habrá quejas de los fanáticos del terror porque no da miedo de principio a fin, pero al profundizar en su exploración de la vida familiar en los suburbios, Cregger agudiza sus terrores retorcidos hasta la punta de una daga. Y los sustos, cuando llegan, son realmente impactantes». Según The Guardian «se trata de una trama tentadora, a medio camino entre Stephen King y los hermanos Grimm, y la cuidadosa y lenta construcción de Cregger nos mantiene cautivados la mayor parte del tiempo, ansiosos por ver cómo encajan las piezas del rompecabezas». Para The Playlist «Weapons subraya el dominio que Creeger tiene sobre toda la película: la puesta en escena, la técnica, el tono, la atmósfera y la atmósfera sudorosa, siniestra y aterradora». The Hollywood Reporter afirma que «La dirección segura de Cregger (…) permite que la comedia coexista con una violencia horrible y un suspenso creciente». Y según Empire «Un gran logro en el género de terror, y un avance significativo respecto de Barbarian: tenso, triste, hilarante, inquietante, ridículamente entretenido y, en definitiva, extrañamente edificante».

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