Goodbye Small Head es el décimo álbum de la artista nacida en Chicago Ezra Furman y la continuación de All Of Us Flames, lanzado en 2022. Ezra Furman es una compositora innovadora cuya creatividad audaz y honestidad emocional la han convertido en una de las voces más cautivadoras actualmente. Combinando la energía punk, un lirismo sincero y una innovación que desafía los géneros, la obra de Furman es profundamente personal. Los álbumes que ha publicado durante la última década demuestran tanto su extraordinario talento como su evolución artística desde Perpetual Motion People (2015) a su último álbum, All of Us Flames (2022), una exploración cinematográfica y profundamente conmovedora de la liberación queer. En Goodbye Small Head Furman ha aparcado en gran medida los sintetizadores y ha querido volver a sus comienzos, “sin filtros”, por lo que ha contado con Brian Deck como productor, que también se encargó de sus primeros discos de rock and roll (Banging Down the Doors [2007] e Inside the Human Body [2008] de Ezra Furman & the Harpoons).
El álbum, «doce variaciones sobre la pérdida de control»– algunas de las canciones fueron compuestas en medio de una fiebre desbordante- toma su título del sencillo Get Up de Sleater-Kinney de 1999, una frase que se quedó grabada en la mente de Furman mientras lo creaba. La vocalista de la banda, Corin Tucker, cantaba la frase mientras «contempla la muerte y la disolución del yo». Ella misma define Goodbye Small Head como un “disco de rock progresivo emo orquestal salpicado de samples”. Si bien de forma inusual, por ejemplo, Love you so bad del álbum Transangelic Exodus de 2018 ya había introducido un violonchelo, la artista de Chicago ha incorporado esta vez una pequeña sección de cuerdas en ocho de las diez canciones- una elección especialmente memorable en Slow Burn y A Word of Love and Care -y ha empleado samples por primera vez, en forma de voces cortadas en fragmentos, como en el single Grand Mal o la breve y reivindicativa You Mustn´t show weakness, pero también profundiza en su vertiente electrónica en Submission, con su obsesivo ritmo de monitor cardíaco. El disco, probablemente con la referencia del primer rock experimental de Bowie- como se evidencia en el final épico de Sudden Storm– muestra al mismo tiempo fuerza y vulnerabilidad-You Hurt Me I Hate You– y alcanza su tour de force en una versión de quien ella denomina genio subestimado Alex Walton, I Need the Angel de 2020. Un álbum ecléctico y notable de principio a fin.
