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[Reseña] Billy Ryder-Jones – Iechyd Da

Billy Ryder-Jones se lanzó en solitario después de dejar The Coral en 2008 – tal aquel fantástico e infravalorado Roots & Echoes- incómodo con las exigencias de ser guitarrista de una banda popular. Hasta la fecha ha lanzado un total de seis  discos, siendo el último Yawn de 2018 y su hermano acústico Yawny Yawn de 2019.  El título en galés Iechyd Da (que significa “buena salud”) es una frase con la que el músico saluda con sus amigos en el pub antes de cada pinta. La premisa original de Ryder-Jones se basaba en que el álbum debía sonar como un documental sobre los últimos tres años de su vida en los alrededores de West Kiryby, Merseyside. De hecho, la ilustración del álbum simboliza el hogar con una pintura de una casa rosa pastel iluminada por la luna en el pueblo pesquero escocés de Crail. Con la producción del maestro Michael Head – gran parte del disco recuerda los mejores momentos de Shack– el músico ha sabido conjuntar el arreglo de cuerdas, samples – fruto de haber escuchado mucho hip hop en los últimos meses, según él mismo ha declarado- y un coro de niños para ejecutar un trabajo desafiante. Suele parecer redundante cuando se utiliza esta palabra, pero él mismo confiesa que, aunque “siempre he criticado cuando la gente me pregunta si hacer un disco es catártico, tengo que admitir que este realmente lo es”.

Ryder Jones se ha tomado su tiempo para elaborar este álbum. Iechyd Da es un disco que tiene sus raíces en el amor, la pérdida, el dolor, la angustia y, a menudo, en una profunda oscuridad, pero también que con frecuencia termina en lugares de profunda belleza, esperanza y alegría. El álbum comienza con su tema más ambicioso. I Know That It’s Like This (Baby), que samplea el tema Baby de 1969 de la recientemente fallecida Gal Costa, mientras que el sencillo principal This Can’t Go On recoge una muestra de un éxito disco de 1978, Every Little Beat of My Heart de Lantern. Pese a  sus letras crudas y directas, Iechyd Da discurre por recorridos dispares que evita toda sensación de uniformidad, como en I hold something in my head, con referencias a Burt Bacharach o If tomorrow starts without me, una de sus canciones más antiguas, con la base del comienzo de Street Hassle de Lou Reed. Si Christine refleja ecos del brillo de los primeros trabajos de Eels, el armonioso vals How Beautiful I Am deja paso a Thankfully for Anthony, que suena auténticamente épico como una composición extraída de los mejores trabajos de Spiritualized o Mercury Rev. Esta semejanza no es casual dado que a Ryder Jones también le encanta emplear un coro de niños, algo que refleja algunos de sus recuerdos más cariñosos de la escuela, donde cantaban más canciones de los Beatles en lugar de himnos. Y precisamente himnos, y más de uno, es lo que contiene este excelente álbum de Billy Ryder-Jones, probablemente el mejor de su carrera hasta la fecha.

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