La película de la semana: Petit Mamam
Se estrena en cartelera la cinta francesa escrita y dirigida por Céline Sciamma, una de las películas más celebradas del año.
El premio más reciente de Petite Maman de Céline Sciamma ha sido apenas unos días, el premio Alice nella Città a la mejor película 2021. El joven jurado, formado por 30 jóvenes de toda Italia, ha optado por atribuir el premio a la película “delicada, elegante, profunda y poética” de la directora francés por su “capacidad para involucrar emocionalmente y transportar al espectador, dentro de un viaje inmersivo y nostálgico, en un mundo que hace de la pureza y la sencillez sus puntos fuertes”.La película está protagonizada por Nelly, una niña de ocho años que tras la muerte de su abuela pasa unos días en la casa de campo donde creció su madre, Marion. Gracias a una historia que muchos críticos han comparado con la imaginación de Miyazaki- de hecho la propia directora ha reconocido su gran influencia y en general todo el cine de animación japonés- Petite Maman ha gustado al público con su conmovedora reflexión sobre la memoria, la amistad y la familia.
A pesar de aquel famoso dicho de Alfred Hitchock “nunca trabajes con niños, ni con animales ni con Charles Laughton”, la infancia ha sido protagonista y, al mismo tiempo, ha logrado momentos memorables a lo largo de la historia del cine, y no necesariamente cuando ha servido como gancho- E.T. El extraterrestre (1982)- para películas dirigidas a los propios niños. Los directores y guionistas saben que la participación de menores en géneros como el de terror, donde podría ser más aventurado su protagonismo, muchas veces agudiza la sensibilidad del espectador. En gran parte de los casos – sobre todo cuando hablamos de drama- se trata de protagonistas que, por circunstancias de la vida, han madurado antes de la edad habitual. De hecho existe en sí mismo un género, normalmente conocido como Coming-of-age, que se centra en el crecimiento psicológico y moral del/la protagonista, a menudo desde la juventud hasta la mayoría de edad, como Trenes rigurosamente vigilados (1966) o Cuenta conmigo (1986).
En todo caso, sin la contribución de grandes papeles infantiles no podríamos hablar de, en su mayor parte obras maestras, Ladrón de bicicletas (1948), Juegos Prohibidos (1952), Los cuatrocientos golpes (1959), Oliver! (1968), El exorcista (1973), Luna de papel (1973), Taxi Driver (1976), Gloria (1980), Érase una vez en América (1984), Los chicos del maiz (1984), El imperio del sol (1987), Big (1988)- otra de las referencias de la directora- Cinema Paradiso (1988), The Piano (1993), Leon: The Professional (1994), Ponette (1996) o más recientemente Billy Elliot (2000), Little Miss Sunshine (2006), Expiación (2007), Beasts of the Southern Wild (2012), Boyhood (Momentos de una vida) (I) (2014),Lady Bird (2017), Moonlight (2006) o The Florida Project (2017).
Para Observer es “una historia conmovedora de la mayoría de edad, y un ejemplo de la forma en que el cine puede hacer realidad tanto los recuerdos, sin perder su amarga honestidad, como los sueños, sin comprometer su brillante promesa”. Según Paste “con un toque suave, Sciamma crea una película profunda y fácilmente digerible que toma temas pesados y los hace pequeños.Ella mira la forma en que nos hablamos entre nosotros y con nosotros mismos, a todas las edades, y cómo estas conversaciones se entorpecen inevitablemente en el cisma entre un niño y sus padres”. Para The Guardian “la hermosa ensoñación de cuento de hadas de Céline Sciamma está provocada por los misterios duales de la memoria y el futuro: simple, elegante y muy conmovedora”. Según The Hollywood Reporter “Los admiradores de Retrato de una dama en llamas (…) pueden encontrar que el regreso de la directors a una narración más simple y a una escala modesta sea una decepción. Pero Sciamma siempre ha demostrado una habilidad impecable para iluminar a sus personajes al notar los más mínimos detalles de su comportamiento, y Petite Maman es una cautivadora continuación de su trabajo en su forma más pura”. Para The Film Stage “Petite Maman es, entre otras cosas, una hermosa oda al amor madre-hija y un reconocimiento melancólico de la distancia que siempre existe en esa relación, cuando ambas partes están separadas por edad y responsabilidad”.