De estilo libre, transgresor y sin complejos, el cantautor impregnó al folk-rock de una identidad propia. Tenía 73 años.
Con una extensa trayectoria musical, en 1970 Riba editó su álbum de debut, dividido en dos entregas: Dioptria I (1970) y Dioptria II (1971) que adquirieron una gran importancia dentro del género musical y fueron aclamados por la crítica especializada. Era hijo del poeta Carles Riba y de la poetisa Clementina Arderiu. En 1964 formó el dúo Els troba-2 con su primo segundo y compañero de clase Jordi Casassas, y empezó a escribir las primeras canciones, que coincidieron con el momento culminante de la Nova Cançó, si bien se decantó por el género country-folk.
En 1970 montó el espectáculo Eléctrico tóxico claxon sonido, en el que con una moto de 750 cc atravesaba la platea y subía al escenario, y en 1971, establecido en Formentera, publicó Jo, la doña y el sapo. Evolucionó después hacia una vertiente más acusadamente rock con discos como Electròccid áccid alquimístic choque (1975), Amarga crisis (1981), Disco duro (1993) y Roc impúber (1995) y Virus laics (2008). En colaboración con Pascal Comelade en 2013 publicó Mosques de colors y en 2019, con la Orchestra Fireluche, Ataraxia.
Multifacético, en 1992 crea unas alfombras florales para la inauguración de la Exposición Universal de Sevilla y la llegada de la llama olímpica con motivo de los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992. También participó como actor en las películas de Manolo Iborra 3×4 (1982), Caín (1986), El baile del pato (1987) y Orquesta Club Virginia (1991) o de Fernando Colomo, Bajarse en el moro (1987), entre otros.
