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[Crónica] The Murder Capital (Lisboa, 29/04/25)

Cuando vi por primera vez a The Murder Capital en 2023 en el BBK Live, a las dos de la mañana y en un escenario relativamente pequeño, todos los que estábamos allí descubrimos que habíamos acertado en la elección, en lugar del cabeza de cartel más convencional, y que nos encontrábamos ante una gran banda de rock en ciernes, sobre todo por la actitud de sus miembros y, en particular, en la figura de su cantante James McGovern, que maneja a la perfección el porte arrogante de una estrella. Y al igual que la música de The Murder Capital ha evolucionado a lo largo de los años – encuadrada primero en la ola de post-punk moderno para derivar a una mayor experimentación- la imagen de McGovern no se ha quedado atrás: chaqueta deportiva y un corte de pelo con estampado de leopardo desteñido y desigual, lejana a su atildada imagen de sus comienzos pero sin perder distinción. Cuando el quinteto, envuelto en sombras, salió al escenario de Lisboa ao Vivo, se lanzó a interpretar uno de los fantásticos éxitos del último álbum, The Fall, una canción que suena mucho más enérgica aún en vivo que en el disco. De ahí saltó a la crudeza post punk de su álbum When I have Fears de 2019 con More is Less para volver con Death of a Giant, el homenaje a Shane McGowan del último trabajo y la industrial The Stars Will Leave Their Stage de Gigi´s Recovery, que siempre me ha recordado el sonido new wave de Depeche Mode más ochentero y el single A Heart in the Hole, una de las más celebradas de la noche.

Con A distant Life, que da un giro de americana completamente distinto a su post punk revulsivo, volvió a aparecer su celebrado último álbum Blindness, que continuó ahora sí de forma más contínua con dos más, Distant Shadow y Swallow, esta última otra de las canciones que en vivo revive con más contundencia. Tras ella, su épica y reconocible Green & Blue que evoca a los primeros u2, una de las melodías que el público suele celebrar con devoción, y curioso porque en el álbum no se refleja la salvaje forma en la que Diarmuid Brennan lleva el ritmo de la batería sin respiro durante los seis minutos que dura, eclipsando prácticamente a sus compañeros. Les siguieron, bien escogidas, otras dos melodías con estilos diferentes de Blindness, Can’t Pretend to Know y A Thousand Lives, con el guitarrista Damien Tuit alternando entre la guitarra slide y su sintetizador mientras McGovern, mucho más contenido que en 2023, caminaba por el escenario, miraba fijamente a la multitud, levantando los brazos y extendiéndose hacia los fans en las primeras filas, para cerrar con la sordidez de Moonshot y la multicoreada Don’t Cling To Life con algún crowdsurfer y pogos incluídos. Los bises fueron para Ethel, un homenaje a las raíces irlandesas de la banda, y el celebrado single de nostálgico grunge Word Last Meaning– con un estribillo fervorosamente interpretado al unísono por el público- y Love Of Country, la última canción de la noche, escrita sobre los disturbios de Dublín y el lado oscuro del patriotismo y el nacionalismo, y publicado el año pasado para ayudar a recaudar dinero para Ayuda Médica para Palestina. Pese a haber tocado un total de  16 canciones, la actuación de The Murder Capital se hizo inusitadamente breve y, probablemente todos los que estábamos allí hubiéramos deseado un bis interminable.

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