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[Crónica] Rod Stewart (Marenostrum Castle Park, Fuengirola, 03/07/19)

El músico británico deslumbra en su concierto de Fuengirola ante cerca de diez mil personas

Rod Stewart y su banda, durante la actuación. Foto: Alta Fidelidad

Imaginen que la aparente pamplina que cantaban los Who en 1965, «espero morir antes de envejecer», hubiera terminado —por algún tipo de maleficio— con toda aquella irrepetible generación antes de que arribaran las canas. No habríamos gozado de las últimos movimientos de Bowie o Cohen; de las barbaridades de Neil Young en directo junto a Lukas Nelson y sus admirables Promises of The Real; tampoco de la formidable cabalgada de un incansable Dylan. Por no hablar de McCartney o los Rolling Stones, especialmente vapuleados por subirse a los escenarios, cómo se atreven, y seguir brincando en mastodónticos conciertos —a ratos sobresalientes— por todo el mundo.

Y también nos habría privado, centrándonos ya en lo que nos ocupa, de presenciar en el Marenostrum Castle Park de Fuengirola, a los pies del castillo Sohail, a un Rod Stewart de 74 tacos —que apareció ataviado con una chaqueta de leopardo y pantalones de pitillo— desgranar con notable solvencia un repertorio de aúpa apoyado en una potente puesta en escena y una formación cojonuda: al lote tradicional de guitarras, bajo, teclado y batería, súmenle un saxo springtiniano y seis bailarinas que, transcurridos los primeros compases de la velada, sacan a pasear percusiones, banjos y hasta un arpa.

Hubo recuerdos en la caldeada noche para Sam Cooke (Having a party), Van Morrison (Have I told you lately), Cat Stevens (The first cut is the deepest), los Crazy Horse (I don’t want to talk about it), Boonie Tyler (It’s a heartache) o Etta James, de la que el músico británico interpretó I’d rather go blind, versión registrada junto a Ronnie Wood y un par de botellas de vino, según confesó ayer, que incluyó en su Never dull a moment de 1972. Invocó a los Faces con Stay with me, rindió homenaje a los caídos en el desembarco de Normandía con Rythm of my heart y repartió un puñado de éxitos cosechados en solitario, reservando para el final la imperecedera pareja de ases compuesta por Da ya think I’m sexy? y Maggie May. Sir Rod: quien tuvo, retuvo.

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