[Crónica] Neil Young & Crazy Horse (Théâtre du Parc des Expositions, Colmar, 08-08-2014) II
Desde el 1948 se celebra en Colmar la feria de vinos de Alsacia. Un evento popular con más de 350 expositores que acuden cada año a la cita, muchos de ellos viticultores que quieren acercar al público sus deliciosos brebajes. En el recinto encontramos numerosas paradas de catas de vino, comida y hasta en alguna podíamos comprar un sofá, what?. Pero la magia del recinto reside en un teatro al aire libre con capacidad para 10.000 personas.
Este año, coincidiendo con las festividades del pueblo francés, Neil Young y los Crazy Horse se acercaban para hacer su ultima parada en su European Tour 2014.
Dos miembros del equipo técnico de Neil Young saltaron al escenario para amenizar la fiesta tras la cancelación a última hora de los Magic Numbers. Desde la organización nos comentaron que tuvieron problemas con el autobús. Las versiones de Little red rooster y Dear Mr Fantasy fueron muy bien acogidas e hizo que la espera fuera más amena.
Pero llegó la hora. Con unos diez minutos de retraso, Neil Young y los Crazy Horse salían al escenario con Ralph Molina a la batería, Rick Rosas al bajo y Frank “Pancho” Sampedro a la guitarra. El Rock de los caballos locos estaba a punto de empezar.
Abrieron fuego con Love and only love del gran Ragged glory (1990), del que también sonó mas tarde Powderfinger. Una de las sorpresas de la noche fue cuando bajó el teclado del techo: piel de gallina y lagrimilla cayendo cuando sonaron las primeras notas de Like a hurricane, simplemente espectacular. Puede que sea una de las canciones mas brutales que toque Neil en directo. Tras la reivindicativa Living with war, Neil dejó la eléctrica para enfundarse la guitarra acústica y su inseparable armónica, con las que tocó un par de temas en solitario, una gran versión del Blowin’ in the wind de Bob Dylan y el clásico Heart of gold.
Pero todavía faltaba otra sorpresa y esa fue la interpretación de Down by the river ¡de más de 19 minutos de duración! Con cosas como estas Neil demuestra que es uno de los artistas mas grandes que hemos podido ver en directo. La ejecución de otro clásico de finales de los ochenta, Name of Love del álbum American dream (1988) con Crosby Stills Nash & Young, fue la antesala de otra pieza legendaria. Rockin’ in the free world fue incendiaria y Neil estrujó su guitarra old black hasta donde pudo. Y para finalizar, una canción nueva, Who’s gonna stand up and save the Earth, que fue la encargada de cerrar el espectáculo.
Dos horas de concierto, dos horas de emoción, dos horas para el recuerdo. Seguiremos brindando por Neil, esta vez con vino de Alsacia.
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