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50 años sin Jimi Hendrix

Jimi Hendrix murió el 18 de septiembre de 1970, apenas tres años después de lanzar su LP debut, Are You Experienced. Según Al Kooper «Hendrix resplandeció en nuestras vidas como una bola de fuego-supernova que muy probablemente se originó en un agujero negro en medio de un universo inexplorado».

«Nos escuchan, lo cual es genial, ya sabes, cuando la audiencia está callada mientras tocas, eso es realmente genial. Eso significa que están escuchando. Es como en Canadá: te escuchan. Hay algunos en la última fila, ya sabes, chillando aquí y allá de vez en cuando, pero no sé. No pienso en esas cosas. Pienso en el sentimiento que hay. Es como si todos los espíritus se unieran durante una hora y media más o menos».Así describía Jimi Hendrix la actitud de su público en esta entrevista de CBC de 1969.

En estos días, en el que el silencio es más atronador que nunca, cobran más fuerza sus palabras. Si bien hoy los que asistimos con ese fervor a un concierto entendemos esa actitud, en el caso concreto de Hendrix es aún más comprensible. Al fin y al cabo él entendía su música como una religión- que al comienzo de su carrera, bautizó como “Electric Church Music'»- por lo que era normal que le conmoviese la actitud de sus devotos feligreses. Y aunque el término religión tampoco le hiciera demasiada gracia- «hasta que encontremos otro»– lo prefería a la “psicodelia” con la que la prensa le quería etiquetar: “(The Jimi Hendrix Experience) estamos intentando tocar música real. No tocamos blues, aunque algunas personas parecen pensar que sí. Más bien tocamos una mezcla de blues, jazz, rock and roll y mucho ruido”.

Jimi Hendrix llegó a la escena de Londres en 1966 con 23 años después de haber tocado con los grandes del blues y del soul, dejando impresionados a todos los guitarristas británicos en el instante en que le vieron tocar en el Bag O’Nails londinense. A medida que transcurría ese año, el músico saltó progresivamente del circuito soul / R & B al rock & roll para formar su propio grupo, cautivó al público en Europa con su primer sencillo Hey Joe y apareció en los programas de televisión del Reino Unido Ready Steady Go! y Top of the Pops. Lo que Hendrix tenía claro es que, aunque admiraba las grandes bandas británicas, no se sentía parte de la misma “familia” que los Beatles y los Stones, como confesó en otra entrevista, en septiembre de 1967: «algo tan familiar que a veces empieza todo a sonar igual. A veces simplemente no quieres ser parte de la familia. Creo que pronto todos los discos británicos sonarán igual, al igual que Motown, todos igual. Eso es bueno en cierto modo, pero ¿qué pasa si tienes tu propio estilo?».  En todo caso, lo cierto es que Hendrix estaba tan emocionado después del lanzamiento de Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band, pocos meses antes de aquella entrevista, que abrió un set en el Saville Theatre de Londres, apenas tres días después de su publicación, con su propia interpretación de la canción principal del álbum, con McCartney y George Harrison en el escenario. Probablemente anhelaba de otros artistas la facilidad para componer, como afirmaba en una entrevista en Rolling Stone, cuando muchas veces se sentía impotente para trasladar a su guitarra todo lo que bullía en su cabeza. «La mayor parte del tiempo estoy tumbado”– componía la mayor parte de sus canciones en la cama- soñando despierto y escucho todo esta música … Si voy a la guitarra y trato de tocarla, se estropea todo”. Por eso, cuando Hendrix murió, dejó toneladas de canciones inacabadas de las diversas sesiones que había comenzado, pero nunca terminadas, durante los dos años posteriores a la ruptura de Experience. En las ahora cinco décadas transcurridas desde su muerte, prácticamente todas los trozos de cinta encontrados en las bóvedas fueron recogidas y unidas en algún álbum.

Acosado por crecientes dificultades con su administración, los arreglos financieros enredados -como el contrato de Ed Chalpin- los costos crecientes por construir el estudio de sus sueños, Electric Lady, y las continuas demandas de su audiencia, Hendrix pasó la mayor parte de sus dos últimos años de vida, 1969 y 1970, buscando nuevos colaboradores- llegó a mandar a Paul McCartney un telegrama para que acudiera a grabar un álbum junto a Miles Davis– probando nuevos rumbos musicales y planificando nuevas giras.

«Todos deberían tener una habitación donde puedan liberar su ira, pero mi habitación era un escenario». Curiosamente en todas sus entrevistas transmitía una humildad y serenidad- incluso una inseguridad sobre su propio talento, especialmente sus habilidades como cantante y compositor- que poco tenía que ver con la rabia de sus directos. «Bueno, no quiero ser exclusivamente ese hype visual. Ya sabes. Quiero que la gente también escuche». El día después de la inauguración oficial de sus estudios en agosto, Hendrix tuvo que irse a una gira europea. Nunca regresó. El 18 de septiembre de 1970, fue trasladado en ambulancia desde su hotel de Londres a un hospital donde fue declarado muerto a su llegada. Poco después del concierto de Monterey, Hendrix le había contado a Newsweek sus planes de futuro. «En cinco años, quiero escribir algunas obras de teatro. Y algunos libros. Quiero sentarme en una isla, mi isla, y sentir mi barba crecer. Y luego volveré y empezaré de nuevo como un abeja». En New Musical Express también le preguntaron si el éxito le había cambiado de algún modo:«Ninguna riqueza material cambia mi forma de pensar. Si buscas la verdadera felicidad, vuelve a los días más felices que tenías de niño. ¿Recuerdas cuando jugar bajo la lluvia era divertido?»

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