Esta versión completa de Kill Bill: The Whole Bloody Affair es la odisea de venganza de cuatro horas que Quentin Tarantino concibió originalmente como una sola pieza se estrenará el 10 de abril.
La historia sigue a «La Novia», una exasesina de élite que despierta de un coma de cuatro años tras ser traicionada y tiroteada en su propia boda por su antiguo jefe y amante, Bill. Convencida de que ha perdido a su hijo nonato en el ataque, recorre el mundo desde Okinawa hasta México, tachando nombres de su «lista de muerte». Su camino de destrucción culmina en enfrentamientos brutales contra los miembros del Escuadrón de Serpientes Asesinas, utilizando una legendaria espada Hattori Hanzō para abrirse paso hasta el enfrentamiento final con el hombre que le arrebató su vida anterior.
Lo que hace única a esta edición «unificada» es la restauración de la visión estética original del director, eliminando la división comercial que vimos en los cines hace años. La mayor diferencia visual se encuentra en la masacre de la «Casa de las Hojas Azules», que se presenta íntegramente en colores vibrantes y con un montaje mucho más sangriento que la versión censurada en blanco y negro. Además, incluye un capítulo de animación extendido sobre el origen de O-Ren Ishii y elimina el famoso suspenso al final de la primera parte; aquí, el espectador descubre el destino de la hija de la protagonista al mismo tiempo que ella, transformando la película en una experiencia narrativa mucho más fluida, emocional y, sobre todo, visceral.
