conciertos

Fiesta Demoscópica (Madrid, 8-02-06)

Otra edición de las Fiestas Demoscópicas es una gran noticia en sí misma. Que perdure en el tiempo una publicación de carácter gratuito del alcance de MondoSonoro es un motivo para alegrarse. Y celebrarlo con conciertos que sitúan sobre el escenario a algunos de los grupos locales mejor tratados en sus páginas junto a un invitado estelar, como en este caso Standstill, es sinónimo de acudir sin pensárselo. Así que, tras solventar la espera en una fila que crecía a lo ancho y no a lo largo (qué de amigos tiene la gente, qué maravilla), y comprobar que la organización había registrado un lleno sin que tuviese que peligrar la salud de los presentes, no quedaba otra que no fuera divertirse.


Cohete

Para empezar, los cinco elementos que forman Cohete nos demostraron que tienen la cabeza muy bien amueblada. Sin resultar especialmente carismáticos, su indie rock en español se mostró plagado de letras ingeniosas, múltiples cambios de ritmo, interesantes aportes de un trompetista, varias voces y muchas buenas ideas. Un buen puñado de canciones que dejaron un muy buen sabor de boca a un público que bailó y disfrutó al ritmo que ellos marcaron.


Bultaco

Con una propuesta mucho más cercana al punk rock, el cuarteto Bultacos no dejó indiferente a nadie. Sobre todo por un cantante pasado de vueltas y tremendamente histriónico. Dejó mucho espectáculo tras de sí, pero es muy difícil ser Jim Morrison, Iggy Pop o Roger Daltrey. En ese sentido he de reconocer que me puso las cosas muy complicadas a la hora de tratar de apreciar lo que hacía su banda. Por un lado estaba empeñado en enseñar su barriga, luciendo un hortera tatuaje de estrellas de colores que señalaban a su sexo. Por otro estaban sus desvaríos, como ese momento impagable en el que tiró el pie al suelo y siguió cantando sin darse cuenta de que el micro ya no estaba ahí. Esto, unido a una sala que habitualmente no suena muy bien con niveles altos de ruido, hizo que su actuación no quedara muy lucida, si bien la segunda parte del concierto fue bastante más interesante que la primera, excesivamente lineal.


Standstill

Ese problema con el sonido sin duda lastró lo ofrecido por Standstill. Resultaba muy difícil apreciar los aportes de cada uno de los componentes en los temas más enérgicos. En cualquier caso dejaron claro que son una de las mejores bandas del país, por si alguien todavía no lo sabe. Valgan como ejemplos su tremendo vigor y actitud, la cantidad de matices de sus dos últimos trabajos o la cercanía con que el público recibe ahora sus letras. Resultó impactante ver cómo se coreaban los estribillos de Poema nº3 o ¿Por qué me llamas a estas horas?, o cómo se daba la bienvenida a 1, 2, 3 Sol. Un setlist centrado exclusivamente en Standstill (BCore, 2004) y Vivalaguerra (Buena Suerte, 2006), de los que podéis leer crítica aquí y aquí, respectivamente, dio buena cuenta de cómo la gente ha interiorizado un par de álbumes que en principio no resultan nada sencillos.


Standstill

En lo estrictamente musical hubo otros detalles muy interesantes. Cortaron Yo soy el presidente de la escalera para empalmarla con La risa funesta. Antes de la explosión de todos los instrumentos en Víctor San Juan se mantuvieron unos segundos en silencio, intensificando notablemente el efecto. Fantástico el final con Feliz en tu día, para acabar con un bis compuesto por las enormes La mirada de los mil metros y Cuando. En total apenas trece canciones que no saciaron nuestras ganas de mucho más. Al menos se despidieron con la promesa de volver en breve, presentando su nuevo espectáculo, y qué decir tiene que estaremos allí para vivirlo al máximo. Como colofón, que no se nos olvide por qué estábamos allí: feliz cumpleaños para la gente de MondoSonoro.

Autor: Miguel González
Fotos: Andrés Cabanes

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