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The Tallest Man on Earth- There´s no leaving now

‘El hombre más alto del mundo’ (del folk) se llama Kristian Matsson y no para de crecer con cada álbum que publica. El estirón definitivo lo ha pegado con su tercer disco, There´s No Leaving Now (Dead Oceans). Una obra más taciturna donde, lejos de someterse a otro tratamiento folk para dejar de crecer, se ha reinventado junto a una banda de acompañamiento.

Esta vez The Tallest Man on Earth son tres: Mats Winkvist (bajo), Niclas Nordin (batería) y Kristian Matsson (voz y guitarra). Las incorporaciones del bajista y del batería han aportado corpulencia a las nuevas canciones del trovador sueco. Unos temas que antes sonaban agitados y que ahora están llenos de calma y desencanto (una desilusión que llega antes de lo que esperábamos). A pesar de eso, There´s no leaving now es un disco bien ensamblado que se desmarca de sus anteriores entregas. Se ha grabado en casa de Kristian porque el sueco estaba cansado de moverse de un lugar a otro. Por cierto, una casa con vistas al campo, con un río que cruza y un bosque cercano. Los elementos perfectos para grabar otro disco folk, pero lejos de estancarse, esta vez lo ha mezclado con pop, americana y blues (más una instrumentación muy sólida: batería, piano, flauta, chispazos fingerpcking…) para entregarnos su disco más hondo. Algunas cosas se mantienen igual. Sigue echando mano de su imaginería naturalista para disfrazar sus temores como en la compasiva Little Brother. La nostalgia continúa colándose en canciones como 1904 (en la que se agradece que saque algo de garra) y en la dylaniana Revelation Blues (su voz nasal, sus rasgueos y sus estribillos con gancho, nos siguen recordando a Bob Dylan). Otra cosa que ha cambiado es su manera de cantar: ya no se precipita como antes, no canta al límite (una pena porque, a veces, se echa de menos el poso punk que tenían muchas de sus canciones). También ha perdido rabia y ha ganado reflexión y nostalgia (menos Woody Guthrie y Pete Seeger y más Nick Drake y Bon Iver). En Wind and Walls, el corte más radiante del disco, muestra toda su frustración (‘todos esos disturbios de sonidos rotos, mientras tú duermes en el camino cada noche. Yo seré el mejor cuando llegue el silencio’). Y en There´s No Leaving Now, cuando aparece el piano, nos viene a la cabeza otro bigardo del folk como Josh Ritter.

There´s no leaving now es el For Emma, Forever Ago de Kristian Matsson. Un buen trabajo (aunque demasiado derrotista) en el que, inesperadamente, es incapaz de desgañitarse como nos tenía acostumbrados para enfrentarse a sus miedos. Canciones que espantan una nueva huida y que le hunden en sus angustias. Por ahora, no hay más despedidas.

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