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The Secret Society – Sad boys dance when no one’s watching

Detrás de The Secret Society se esconde un chico llamado Pepo Márquez. Le hemos visto en muchas salas de España, equipado tan solo con una guitarra y su voz, pero este compositor, también integrante del grupo Garzón, ha tocado junto a grupos de la talla de Mark Eitzel o Songs: Ohia, ahí es nada. Sad boys dance when no one’s watching (Acuarela, 2005) es un álbum repleto de buenas canciones que quedan clavadas en la cabeza desde la primera escucha. Básicamente hablamos de un disco folk, ni más ni menos, con guitarras acústicas limpias, acompañadas de algunos arreglos eléctricos, y melodías vocales que recuerdan a algunos cantautores americanos como Will Johnson.

Voces suaves pero afiladas, letras que no sólo hablan de amor y un cierto aire melancólico son las bases de este trabajo, en el que se han cuidado hasta el extremo estos aspectos, dejando guitarras y voz en primer plano, con un realismo sorprendente que produce en el oyente una profunda empatía, como ocurre en Moving units, canción que abre el disco.

Sad boys dance when no one’s watching posee un sonido perfecto para quien le guste lo analógico, la sencillez y, claro, para aquellos que odien las florituras sonoras. Todo esto aumenta la sinceridad que ya de por sí tienen sus temas, entre los que podemos encontrar canciones en castellano: De costa a costa, con una voz mínima e inquietante, y La leyenda del tiempo, una versión de Camarón que rompe con todos los esquemas que sigue el álbum. En cualquier caso, Pepo Márquez sabe transmitir multitud de sensaciones usando los recursos de toda la vida, lo que añade una calidad intrínseca a todas las pistas de este disco.

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