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[Reseña] Triángulo de Amor Bizarro – Salve Discordia

triangulo-salveCómo ser un luchador callejero

Mientras el oyente trata de comprender por qué el cuarto álbum de Triángulo de Amor Bizarro es tan bueno, algo perceptible desde el primer avistamiento, su veneno se va extendiendo por el cuerpo del pobre incauto sin que éste se dé ni cuenta. Repite escuchas sin descanso, identifica sus momentos predilectos, y para cuando empieza a razonar un atisbo de respuesta el vicio por Salve Discordia ya ha sido plenamente inoculado. Porque la formación de noise gallego ha firmado un disco portentoso en el que, más que nunca, recoge el testigo de My Bloody Valentine a la hora de acercar posturas entre el pop alternativo y el post-punk, elevando su sonido a la máxima potencia jamás escuchada. No han reinventado la rueda ni han añadido elementos novedosos a su fórmula, simplemente han dado un golpe de autoridad dentro del panorama nacional a base de sus ingredientes habituales: azotes de distorsión, voces ácidas (la de Rodrigo Caamaño) y macizas (la de Isabel Cea), baterías de ritmo implacables, y momentos de calma fría que siempre esconden vertiginosas esquinas y letras insolentes. Definitivamente Triángulo de Amor Bizarro han dejado de hacer prisioneros.

Salve Discordia, en cierto modo, podría definirse como el manual que transformaría a cualquier alma cándida en un excelente luchador callejero: una guía para aprender a responder y a erizar la piel cuando una situación extrema lo requiere. Y no solo por versos como “Cuando aparezca a tu espalda / A partirte el cuello / Ven conmigo y agarra esta barra de hierro”, de ‘Cómo Encontró a la Diosa’, o “Nunca / Es demasiado temprano / Para romper un par de brazos / A los que quieren aprovecharse de ti”, de Desmadre Estigio, con la que prácticamente arranca el disco, sino también por la perenne actitud de violencia preventiva que se respira durante los 40 minutos que dura en su conjunto. Incluso en un tema morfológicamente más lento y en apariencia pacífico como Qué Hizo por Ella Cuando la Encontró–donde huele particularmente bien a My Bloody Valentine, en concreto a Whan You Sleep–, Isabel responde con implacable frialdad a un desamor ya de por sí congelado. Un tema de pop etéreo y áspero disuelto en una atmósfera del todo indolora. Acto seguido, de todas formas, arremete con furia sobre el recuerdo de un amor quemado en Nuestro Siglo Fnord, con una fórmula directa que nos conduce a una única conclusión: Hazlo por mí / Muerto por mí.

La línea maestra del álbum, en cualquier caso, la marcan los temas apabullantes que gobiernan el timón, empezando por la reivindicativa y vengativa Gallo Negro Se Levanta, cuyo estruendo de batería inicial marca un segundo –y en quinta– arranque tras la anestésica, pero preparada para la batalla, Desmadre Estigio. Luego el punk (en la batería), el post-punk (en la guitarra de fondo) y el pop alternativo (en la voz de Isabel) se dan la mano en Barca Quemada y, de un modo especialmente carismático, en Baila Sumeria, dos temas que también recuerdan poderosamente a los My Bloody Valentine más resplandecientes. Las bofetadas de verdad, sin embargo, quedan reservadas para una segunda mitad que resulta pura dinamita. En la inclemente línea del noise más acelerado se sitúan piezas de mecha corta mayoritariamente cantadas por Rodrigo: Cómo Encontró a la Diosa, una Euromaquia donde no se cortan ni un pelo –“Europa es una zorra / y está matando a su juventud / (…) Europa no tiene memoria”– y Luz del Alba, una canción 200% Triángulo de Amor Bizarro. Una médula espinal completamente erizada.

Si entendemos como excepción la especie de indolencia colgada de un arpegio pop que es Seguidores –pese a su electrizado final–, y como un retorcido canal de desahogo O Salve Eris –con ese finalazo abierto de huida calculada–, Salve Discordia se queda en un todo perverso y rudo al que nos vemos empujados a hacer frente. Ese vicio del que hablábamos al principio no es más que la necesidad creciente de respuesta que el propio disco trata de despertar en el oyente, porque ya está bien de poner la otra mejilla y de ser diplomáticos: sea bienvenida la discordia. Publicado a finales de enero, el disco ha tenido un recorrido ascendente durante el curso del año, seguramente impulsado por las varias actuaciones que ha protagonizado la banda a lo largo y ancho de la península. Sin embargo, es ahora, momento en el que se hacen públicas las listas que los medios nacionales elaboran clasificando los mejores discos de la temporada, cuando ha trascendido el nivel del trabajo de la formación coruñesa, ya que Salve Discordia aparece en posiciones muy destacadas incluso en aquellas –indiespot y Jenesaispop, en ambas en 3erlugar–que mezclan a artistas internacionales con los de nuestro país. Se lo han ganado.

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