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[Reseña] Four Tet – New Energy

Un mapa sin norte ni sur

New Energy, el noveno álbum de Kieran Hebden como Four Tet en 18 años, es uno de los trabajos más paradigmáticos de su carrera y probablemente también el más accesible. Lo primero porque, más que buscar nuevos caminos en esta nueva publicación, como ha hecho siempre, el inglés ha reutilizado muchos de los elementos que caracterizaron otros álbumes en el pasado, funcionando casi como una especie de resumen estilístico de toda su trayectoria. Y lo segundo porque el modo en el que nos adentra en su universo sonoro electrónico es, en este disco, como una rampa hacia abajo cuya suave gravedad nos atrae como un dulce y delicado imán. Lo mejor es dejarse llevar.

No obstante, aunque pueda parecerlo al inicio, no se trata de un viaje lineal cuyo hilo conductor sea un simple y llano aumento de ritmo. El productor británico sube y baja a su antojo las revoluciones logrando que nuestra atención se centre en el qué y en el cómo antes que en el cuánto. Como producto electrónico, en ese sentido, prevalece el contenido sobre el continente.

Todo parte de las cuerdas de Alep –que hace referencia a piezas introductoria de los raga en la música india–: el despertar lento y sosegado de un reino lejano y exótico, que se abre majestuoso en Two Thousand and Seventeen, con su rítmica entre el trip-hop y el downtempo y ese aire encantado, sugerente y oriental que se filtra a través de las cuerdas. En la línea de Rounds, su tercera entrega. El viaje prosigue por la electrónica de sintes de LA Trance, siempre a ritmo bajo y con un melódica nostálgica, para desembocar en Lush, un colorido y ágil corte que recuerda al sonido de hang del disco In Colour de Jamie xx. La administración del in-crescendo, impecable.

Con Scientists entramos en una fase rítmica y conceptual distinta. Four Tet vuelve a acercarse al post-dubstep para desarrollar desde ahí ambientaciones que mezclan elementos del jazz y del mismo componente exótico con el que arrancaba el disco. La gravedad del ritmo se agudiza, manifestándose también en You Are Loved, uno de los cortes más estimulantes, con un cierto espíritu espacial y espacioso, y, sobre todo en el beat ya descaradamente clubber de SW9 9SL, la canción más larga y una de las dos más contundentes de todo el disco.

Ahora bien, la grandeza de este álbum reside precisamente en la habilidad y riesgo con los que Four Tet pasa de ese punto álgido a 10 Midi, un micro-tema –como otros que pueblan el disco– instrumental y casi sensitivo, y a la joya de ingeniería minimalista que es Memories, la pieza más híbrida y a la vez fina de todo este nuevo material. Compuesto, por tanto, por temas dispares ligados por una saliva común, New Energy se despliega como un mapa sin rumbo fijo, sin norte ni sur determinados, donde Four Tet básicamente describe sus diferentes y muy distintos reinos. Lo entendemos cuando percibimos que no hay intento alguno de culminación, y cuando podemos disfrutar de uno de los pasajes más hermosos y cálidos, Daughter, sin esperar in-crescendo alguno (aunque en el fondo lo hay).

Donde sí se entrega a los ritmos más acelerados, siempre manteniendo altísimo el nivel de elegancia y fidelidad con respecto al sentido exótico que sirve de leitmotiv, es en Planet, el contundente corte final, movido a ritmo de techno, que culmina, ahora sí, una escalada caprichosa y muy originalmente administrada por parte de Hebden. En el mismo disco nos ofrece todo aquello de lo que es capaz. Recorriendo todo tipo de ritmos, atmósferas y ambientaciones casi geográficas que transmiten una homogénea y mágica sensación de viaje a tierras lejanas donde reina la paz espiritual. Si no estamos ante el mejor trabajo de Four Tet, sí es uno de los más hermosos e inspiradores.

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