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[Reseña] Everything But the Girl – Fuse

Qué feliz regreso para muchos. Pocos esperábamos a estas alturas una nueva entrega de Everything but the Girl. Y no se trata precisamente, como suele ser habitual en grupos que reaparecen después de un largo tiempo, el caso de una vieja desavenencia milagrosamente resuelta. Ben Watt y Tracey Thorn han sido pareja todo este tiempo y han estado demasiado ocupados criando a tres hijos, con sus respectivas carreras en solitario, así como otras actividades paralelas, como dirigir sellos discográficos o incluso clubes nocturnos. Escrito y producido por la pareja en casa -y en secreto- en un pequeño estudio junto al río en las afueras de Bath durante la primavera y el verano de 2021, gran parte de Fuse tuvo como raíz medular el sonido ambiental creado por el propio Watt en su iPhone durante el aislamiento pandémico. Eso es indicativo del continuismo del sonido electrónico del que Everything But The Girl fue pionero a mediados de los 90. Un sonido que, probablemente al contrario que otros contemporáneos de aquella década dorada, no ha quedado trasnochado.

Ya alrededor de 2012 la pareja, a pesar de reeditar sus primeros trabajos en el sello Edsel, era ajena a cualquier síntoma de nostalgia, muy reacia a volver a tocar canciones de su discografía pasada, y mucho menos comenzar una nueva gira, pero nunca descartó volver al estudio de nuevo. El tiempo ha pasado inexorable y también ha habido cambios que en Fuse son inmediatamente palpables, como la voz de Tracey Thorn, de la cual ella es felizmente consciente, más profunda y madura- lo era ya en todo caso desde su primer single- y que incluso se permite distorsionar con efectos digitales como en Interior Space y When you Mess Up. Para los que crean, equivocadamente, que se trata de un álbum fundamentalmente disco o deep house-el bailable Five Fathoms de su último Temperamental de 1999 fue su mayor éxito en nuestro país en su larga carrera- las melodías de sophisti-pop dance, aun teñidas de electrónica, se han ralentizado en gran medida, salvo en los singles conocidos Nothing left to lose y Caution to the Wind. Lógicamente las letras han madurado igualmente y hacen referencia a las conversaciones con los hijos a través de sus propias experiencias, pero también a la idea de pérdida- de nuevo la pandemia de fondo- como en Lost. Fuse es una continuación brillante en la carrera de un dúo que ha sabido evolucionar con el tiempo y, pese a todo el tiempo transcurrido desde su último trabajo, mantiene intacta su identidad.

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