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Paul McCartney (Madrid, 30-05-2004)

Paul McCartney volvió a Madrid tras pasar quince años desde su última visita. El motivo fue el inicio de su gira SUMMER TOUR 04, que había comenzado el martes anterior en Gijón y pasó el viernes por el “Rock In Rio” de Lisboa. El máximo aliciente de la cita era la primacía de los grandes éxitos de los Beatles en el repertorio del compositor y cantante. De los 33 temas que interpretó McCartney, 22 pertenecían a la mítica banda de Liverpool. El setlist fue el esperado, pues fue igual al de los conciertos de Gijón y Lisboa:

Jet
Got to get you into my life
Flaming pie
All my loving
Let me roll it / Foxy lady
You won’t see me
She’s a woman
Maybe I’m amazed
The long and winding road
In spite of all danger
Blackbird
We can work it out
Here today
All things must pass
Yellow submarine
I’ll follow the sun
For no one
I’ll follow the sun (reprise)
I’ve just seen a face
Calico skies
Eleanor Rigby
Drive my car
Penny Lane
Get back
Band on the run
Back in the USSR
Live and let die
I’ve got a feeling
Lady Madonna
Hey Jude

Yesterday
Let it be
I saw her standing there

Helter Skelter
Sgt. Pepper’s (reprise) / The end

Antes de empezar con el concierto de Sir Paul McCartney, un espectáculo de bailarines y acróbatas hizo las veces de telonero. Mientras tanto Dj Freelance Hellraiser, también conocido como Roy Kerr, empleaba diferentes samplers y loops de canciones como Live and let die o Band on the run, entre otras. Dado que en la anterior gira “Back in the world” la performance resultaba demasiado larga, en esta ocasión sólo duró quince minutos.

En un momento determinado la música de la performance se apaciguó, y una voz de fondo empezó a hacer la cuenta atrás. Apareció McCartney con su característico bajo Hofner levantado y comenzó a sonar Jet. Cuando terminó, apenas hubo tiempo para darse cuenta de lo que estaba empezando porque los primeros acordes de Got to get you into my life ya estaban haciendo bailar al público de La Peineta. Tras esta canción, Paul profirió un “¡Gracias Madrid! ¡Viva España!” que provocó una ovación general entre el público madrileño. Tras un par de temas y alguna que otra frase más en nuestro idioma (en la que reconoció que no sabía mucho español, pero que intentaría hablarlo) mientras dejaba el bajo para cambiarlo por la guitarra anunció que la siguiente canción no había sido tocada nunca en España: Let me roll it. En un final sorprendente, la enlazó con el Foxy lady de Jimi Hendrix, que demostró que aunque el ex-beatle no destaque como guitarrista, sí que sabe defenderse bien con las seis cuerdas.

A lo largo de las canciones de los Beatles volvió a emplear el recurso de la nostalgia, mostrando en las pantallas gigantes (cuatro a cada lado del escenario y casi el doble en el fondo del escenario) diferentes imágenes en blanco y negro del grupo que formó junto a John Lennon, George Harrison y Ringo Starr. También fue introduciendo poco a poco a los músicos que le acompañan desde su anterior gira: Rusty Anderson a la guitarra (con su chiste “sólo sé estas palabras de español”, sin añadir nada más), Brian Ray al bajo y la guitarra dependiendo del instrumento que tocara Macca en ese momento (y que felicitó al “novio y la novia” en alusión a la boda del Príncipe), Abe Laboriel a la batería (que en un perfecto español con acento mejicano presentó el Live and let die con la exaltada pregunta “¿están listos para el fuego?”) y a Wix Wickens al piano y los teclados.

Pero siguiendo con el concierto, Paul volvió a cambiar de instrumento. Esta vez se sentó al piano para interpretar Maybe I’m amazed y The long and winding road una detrás de otra, en lo que supuso uno de los momentos más emotivos del concierto. McCartney volvió otra vez a la guitarra, pero esta vez para anunciar que tocaría una canción del primer disco que grabó antes de formar los Beatles, junto a John y George y otros dos amigos más: In spite of all danger. Para cantarlo pidió la colaboración del público para que le hiciera los coros.

Tras este viejo tema, Macca quedó tan contento que bromeó con los presentes para que grabaran con él un disco (¿será porque también se editará esta gira en DVD?). Siguió el concierto acústico. El siguiente tema, Blackbird, fue presentado por su autor como una reivindicación de la falta de derechos de la población negra de la América de los 60 (a las mujeres en Inglaterra las llamaban “birds”, de ahí “blackbird”). Tras We can work it out, llegó el momento de los homenajes. Primero Here today, que presentó con unas bellas frases hacia el desaparecido John Lennon en las que explicó lo difícil que es encontrar las palabras apropiadas para decirle a alguien que le quieres y que muchas veces es demasiado tarde. Por ello incitó al público a que no dejara pasar la oportunidad de decírselo a las personas a las que amamos. En ese momento un “I love you Paul” se oyó entre todos los asistentes, que fue contestado por el cantante con otro “I love you too”. Resulta realmente conmovedor oir a Paul cantando “I love you” a su difunto amigo John.

La siguiente canción-homenaje era para George Harrison. Entonces el resto de la banda subió de nuevo al escenario (lo que muchos agradecieron porque suponía que no volvería a tocar Something con el ukelele) para interpretar una de las canciones más bellas del guitarrista de los Beatles: All things must pass. Después el público reclamó un homenaje para Ringo (¿nadie pensó que todavía no está muerto?), por lo que medio en broma arrancó a cantar Yellow submarine. Después otra canción inédita, I’ll follow the sun, y tras ella retomó el piano para tocar For no one, tras la que cogió de nuevo la acústica para interpretar otra vez el reprise de I’ll follow the sun. También tocó Eleanor Rigby antes de dejar a un lado la guitarra otra vez, en lo que fue otro de los momentos más intensos de la noche.

En este momento el concierto empezó a ser más rockero. Una tras otra fueron deslizándose Drive my car, Get back, Band on the run y Back in the USSR, en las que tocó el bajo, y que subieron la adrenalina a gran velocidad tras el set acústico. Entonces Paul se sentó al piano y llegó el momento más espectacular de la noche: el tema que compuso junto a los Wings y a George Martin para la banda sonora de la película de James Bond, Live and let die. No sólo las trepidantes imágenes en las diferentes pantallas, ni los cerca de diez surtidores de fuego en el escenario provocaron tan increíble espectáculo: por detrás del escenario empezaron a brotar fuegos artificiales que hicieron disfrutar tanto a los mayores (la media de edad podía estar perfectamente en los 45) como a los pequeños (hijos de los anteriores).

Para descansar de tanta excitación, otro tema beatle: I’ve got a feeling. Tras él, pudimos disfrutar de uno de los momentos más simpáticos de la noche cuando McCartney recitó un poema que aprendió de pequeño en sus clases de español del colegio: “Tres conejos en un árbol tocando el tambor, que sí, que no, que sí, que no, que los he visto yo”. Algún fan que sabía ya esta historia le lanzó entonces tres conejos de peluche cosidos entre sí con sendos tambores, lo que provocó la sonrisa y la sorpresa en el inglés. Para acabar el concierto, qué mejor que dos de los temas más emblemáticos de los Beatles: Lady Madonna y Hey Jude. En esta última, dirigió al público para que fuera interpretando los coros del final (incluso alternando entre los hombres y las mujeres).

Tras los continuos aplausos, Macca salió de nuevo al escenario para interpretar Yesterday acompañado únicamente por su guitarra acústica. Tras la ovación generalizada, el resto de la banda subió una vez más al escenario. En ese momento, se encendieron muchas velas por todo el escenario y las primeras notas del piano anunciaron Let it be. Es curioso que tras tanta polémica con la reedición del disco Let it be, ahora acompañado del calificativo “naked” (“desnudo”, tal y como se supone que en un principio los Beatles querían que sonara, sin el “muro de sonido” del productor Phil Spector), la versión que su autor toca en directo es más parecida a la original que a la de la nueva re-edición. Para terminar, por segunda vez, el concierto, más Beatles: I saw her standing there. Cuando terminó la canción, todo el grupo desapareció del escenario.

Tras otra gran ovación del público volvió aparecer McCartney para cerrar el recital por todo lo alto. Nuevamente, un tema inédito hasta entonces en los directos del británico: con Paul al bajo, el rock volvió al escenario de la mano de Helter Skelter. Increíble tema, y más increíble aún su interpretación. Al oírlo, sólo se podía pensar -con bastante amargura- que esto es lo más cerca que estaremos muchos de oír un directo de The Beatles. Pero lo que empieza tan bien no puede terminar amargamente. Aunque el cantante siempre hace el mismo –impresionante- final en sus giras, no deja de sorprender con la interpretación del Sgt. Pepper’s (reprise) junto a The end. Trepidantes imágenes desefocadas acompañabanan un larguísimo solo en el que Paul, Rusty y Brian iban contestándose unos a otros con sus respectivas guitarras.

Tras un concierto como el que vivimos en Madrid, que cerró la estancia de Paul McCartney en España, sólo cabe esperar que el bajista probablemente más conocido del mundo siga dando giras y pasando por nuestro país. Tras poder disfrutar de tantas buenas canciones y gozar con su simpatía con el público, se olvidan ciertos detalles bastante discutibles en la carrera del británico como la edición del mencionado Let it be… naked o el cambiar legalmente el orden de los autores en la autoría de las canciones de los beatles para que ahora esté el primero (del tradicional Lennon y McCartney, pasamos al McCartney y Lennon de su último disco Back in the world).

Texto y fotos: Andrés Cabanes

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