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[Reseña] Panda Bear & Sonic Boom – Reset

Peter Kember, también conocido por su nombre artístico Sonic Boom, fue miembro fundador, vocalista, guitarrista y teclista de la banda de rock alternativo y pionera del space rock Spacemen 3, desde 1982 hasta la disolución de la mismaen 1991. Ahora tiene su sede en Sintra, Portugal. Y precisamente Portugal es uno de los grandes puntos en común que mantiene con Noah Lennox, también conocido como Panda Bear, quien en 2004 mudó de la bulliciosa ciudad de Nueva York a Lisboa. Y fue precisamente Lennox quien convenció finalmente a Kember a que se mudara a Portugal.

Todo tiene sentido porque esta relación ya venía de mucho antes. La admiración de Lennox por Kember y su legendaria formación ya se remontaba desde los primeros trabajos de Animal Collective, que heredaba mucho de la psicodelia y el noisy rock de Spacemen 3. Pero, contra todo pronóstico, fue Kember quien le envió a Lennox una nota de admirador en MySpace que iniciaría el principio de una gran amistad. Sentado en la silla del productor, Kember introdujo drones en los siguientes dos discos de Panda Bear, el alabado Tomboy de 2011 y Panda Bear Meets the Grim Reaper de 2015, y, posteriormente, Lennox prestó su voz a All Things Being Equal de 2020, el primer LP en solitario de Sonic Boom en 30 años.

Con todo, Reset es realmente su primer gran lanzamiento colaborativo después de tantos años de confraternidad. La idea de Sonic Boom era bastante simple: después de llevar sus discos a Portugal hace años- de Spacemen 3 era conocida su fama de coleccionistas de discos- su fascinación se renovó por viejos favoritos de álbumes de doo-wop y rock’n’roll estadounidenses de los años cincuenta y que no había escuchado en años. Algo le llamó la atención, la forma en que las introducciones adornadas de Eddie Cochran o los Everly Brothers parecían en gran medida cobrar vida y servir de escenario perfecto para nuevas melodías. Sonic Boom comenzó a crear bucles a partir de estos preámbulos, los arregló, sampleándolos y reproduciéndolos en loop, antes de enviarlos a Lennox para que escribiera las nuevas partituras sobre ellas.

El resultado fue inesperadamente brillante, una colección de renovadas melodías de surf pop, bien mezclados con electro pop, como el cierre Everything ´s bee leading to this, canciones tropicales heredadas de los mejores Beach Boys o Everly Brothers como Getting’ to the Point, con su riff extraído de Three Steps to Heaven de Eddie Cochran. En Go on– con una letra mucho más oscura que su alegre sonido aparenta, una canción sobre la desigualdad y la revolución – utiliza la introducción de guitarras y voces de Give It to Me, el clásico de los The Troggs y el más que conocido ritmo de Save the Last Dance for Me de The Drifters sirve para componer en Livin in the after una melodía que suena nostálgica- la voz atemporal de Lennox contribuye bastante- y moderna a la vez. Con una duración de aproximadamente 35 minutos, Reset es, finalmente, un disco optimista- no hay que olvidar que todo se desarrolló en medio de la pandemia- y se podría decir prácticamente que un álbum intencionadamente distópico, según lo que deducimos de las propias palabras de Kember: “Estábamos tratando de hacer algo un poco nostálgico de un pasado que nunca existió y un futuro que nunca existirá”.

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