La producción británica que combina la acción con los hechos históricos acaecidos en Irlanda del Norte en 1971 se estrenará en nuestro país el 23 de enero.
Sin duda los autores más aplaudidos que ha afrontado el conflicto de Irlanda -de forma directa o como contexto argumental-desde distintos puntos de vista han sido Jim Sheridan, con cintas como En el nombre del padre (1993) o The Boxer (1997), pero sobre todo Neil Jordan, con The Crying Game (1992) o Breakfast on Pluto (2005). Más recientemente Paul Greengrass rememoró el Domingo Sangriento de 1972 en Bloody Sunday (2002) y Steve McQueen dirigió Hunger (2008), protagonizada por Michael Fassbender.
Pero antes llegaron cintas pioneras: de 1975 es Hennessy, dirigido por Don Sharp y protagonizado pr Rod Steiger y Trevor Howard. Durante los años ochenta tenemos a The Outsider (1980), pero sobre todo Cal (1984) de Pat O’Connor, película con la que Helen Mirrer ganó el premio a mejor actriz en Cannes o Hidden Agenda (1990), dirigida por Ken Loach, también premio del jurado en Cannes.
’71 cuenta la historia de un joven y desorientado soldado británico, Gary Hook (Jack O’Conell), que es abandonado accidentalmente por su unidad tras unos disturbios en las calles de Belfast. Incapaz de comunicárselo a alguien, el recluta debe sobrevivir solo en la noche y encontrar el camino de vuelta por el extraño y mortal paisaje.
Está escrita por Gregory Burke (Turno de Guardia y Ley y Orden) y dirigida por Yann Demange (Dead Set: muerte en directo y Servicio completo); y cuenta en el reparto con Jack O’Connell (300: El origen del imperio e Invencible), Sean Haris (Serena y Líbranos del mal) y Richard Dromer (Cinco minutos del gloria).
Para Total Film es “un thriller brutal que se siente real, gracias a una narración sin concesiones y el desempeño sin fisuras de Jack O’Connell”. Slant Magazine destaca que “se distingue de las películas de Paul Greengrass por su especial atención a las ambigüedades políticas y morales”. Para The Telegraph “el marcado realismo de la película y el impacto son suficientes en sí mismos, pero el riesgo y la recompensa artística verdadera es su inmersión sensorial en negrita en este infierno”.
