Javier Escovedo lideró The Zeros a finales de los setenta. Por lo visto, entre sus seguidores se contaban leyendas como Tom Waits, Patti Smith o The Damned. Ya en la década siguiente forma junto a su hermano Alejandro The True Believers, todo un ciclón guitarrero que finalizaría su andadura en el año 87. Desde entonces ha seguido tocando rodeado de buenos amigos, pasándolo bien y componiendo. City lights (Folc Records, 2012) es un trabajo lleno de vibrantes melodías y guitarras desbordantes donde se puede rastrear sin problemas el influjo de grupos como Teenage Fanclub, esos escoceses a los que siempre estamos echando de menos. A Escovedo le acompañan en esta gira Brian Young a la batería (Posies, Fountains Of Wayne y ahora con The Jesus & Mary Chain), Max Benson al bajo (Johnny Marr & The Healers) y Andrew McKeag (Presidents of the USA) a la guitarra. Ahí es nada.
Temas de toda su trayectoria junto con gran parte de City lights se dieron la mano en una noche calurosa y animada pese a la discreta entrada. Tonight is gonna be better, Our last goodbye –en donde intervino a los teclados Pablo, integrante de los telonerosArthur Caravan– o The music keeps on playin’ arrancaron poderosas ovaciones. Sobre el escenario la banda se transforma en un armario donde cada prenda que se saca es mejor que la anterior. Tras agotar los quince o veinte temas de su repertorio, Escovedo y los suyos volvieron para el ritual de unos bises que contaron con alguna improvisación y que se cerraron con una versión rebajada en anfetaminas del I’m waiting for the man de la Velvet. Después salimos de la sala sonrientes, con los oídos destrozados y pensando que un concierto así siempre es y será un plan perfecto.
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