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Heineken Primavera Sound 2013. Día 1

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Primavera Sound 2013. Día 1: Santa Rita, Wild Nothing, Woods, Tame Impala, Dinosaur Jr, The Postal Service, Grizzly Bear, Phoenix y Animal Collective.

(Continuación del prólogo, día miércoles 22 de mayo)

Ayer jueves 23 arrancó por fin la decimotercera edición del Primavera Sound, primera con Heineken como patrocinador principal, y lo hizo a lo grande, con una jornada llena de cabezas de cartel y un total de casi 12 horas de música ininterrumpida. Lo curioso, y también característico de este festival, es que en el momento en el que estás viendo a un grupo, a cualquier grupo, sabes que te estás perdiendo a otros tres. Y nada más entrar, antes incluso de pasar los últimos controles, te encuentras un autobús de Red Bull con un escenario en el techo, y las Santa Rita tocando encima. El cuarteto barcelonés, hijas y hermanas del sello Aloud Music, están presentando su primer Lp, High On The Seas (Aloud Music, 2013) siempre que pueden: un trabajo lleno de guitarras en plena marejada, y de esa oscuridad y frialdad propias del mar del norte: tan atractivas como peligrosas.

Wild Nothing (45)rETPUna vez dentro del recinto, la primera parada de la tarde resultaba ser la más lejana: Wild Nothing, o lo que es lo mismo, Jack Tatum y sus acompañantes, abrirían el festival para muchos en el alejado escenario Heineken. A plena luz del día, y en un ambiente un tanto tibio, el de Virginia no tuvo dificultad alguna para plasmar fielmente el sonido de sus dos Cds sobre un escenario que apenas rellenaban. Pusieron el piloto automático del dreampop iluminado, casi hasta la palidez, y pese al agradable resultado acústico, fue un concierto bastante soso que no invitaba a acabar de verlo. Y menos cuando la siguiente parada de la ruta vuelve a caer en la otra punta del inmenso recinto. Los norteamericanos Wood, sin embargo, merecieron la caminata: tocaron en ese momento del día en el que el sol te ciega desde el horizonte, en una imagen muy folk, y muy acorde con su estética. Escuchándolos, de hecho, a uno le entran ganas de coger el coche y conducir siempre hacia el oeste.

Woods (10)rETpLiderados por sereno Jeremy Earl y su sorprendente voz de cristal dulce, los Woods se van abriendo poco a poco camino desde la costa este en el mundo del folk-rock americano, con la acidez propia de quien elige recorrer los caminos más rocosos de la campiña. Sin el remate ceremonioso de gentes como Fleet Foxes, pero con más amor por la electricidad distorsionada, los de Brooklyn son de los que te invitan en sus conciertos a pasear con ellos, a transitar por su universo clasicista, y se ganaron rápidamente la confianza del público, haciendo sonar alguno de los principales hits de su último trabajo, Bend Beyond (Woodsist, 2012), como Is It Honest?, Find Them Empty o Size Meets The Sound. Además, tal vez sin saberlo, sirvieron a muchos de teloneros para la gran nueva banda que vendría a continuación: los australianos Tame Impala, de nuevo en el Heineken. Si se me permite la broma fácil: en las antípodas del festival.

Tame Impala (89)reTPFueron, sin duda alguna, una de las bandas revelación del año pasado: con la edición de su segundo Lp, Loneriem (Modular Recording, 2012), muy por encima incluso de las grandes expectativas creadas ya con su álbum de debut, Innerspeacker (Modular, 2010), se han desmarcado como una de las propuestas más interesantes, atrevidas y estilosas de todo el panorama internacional del rock psicodélico y progresivo. Anoche se presentaban en Barcelona por primera vez, y lo hacían como esa rareza que, desgraciadamente, ha sido descubierta y pregonada demasiado pronto. Pero no porque no dieran la talla en un escenario tamaño XXL tipo el Heineken, que la dieron, sino porque es una lástima que no hayamos tenido la suerte de verles más de cerca, en una sala donde su música pudiera rebotar, como ella quiere, en techos de salones abovedados.

Tame Impala (139)rETPPero a parte de esta pequeña lamentación, lo cierto es que los de Perth lograron imbuirnos sin problemas en su cúpula de colores a espiral, gracias a la presencia constante de guitarras de distorsión elástica, teclados de ácido no corrosivo, y unos ritmos que casi parecen los de las canciones típicas de la psicodelia sesentera y setentera, pero puestos del revés. Fue una pena también que tocaran de día, porque los visuales que traían habrían causado verdaderas alucinaciones a más de uno si el contraste hubiera sido mayor. En ese sentido, y pese a que demostraron que tienen lo que hay que tener para satisfacer a un público masificado, tampoco dominaron del todo los contrastes de intensidad de su propia música, quedando al descubierto, iluminadas por un sol que ya se marchaba, esos valles de dilatación que, por ejemplo, caracterizan temas como It Is Not Meant To Be. Ahora, temas como Feels Like We Only Go Backwards en directo, bien valen una entrada del día al Primavera.

Dinosaur Jr (43)RetpOtros que también valen una entrada por sí solos son los veteranos Dinosaur Jr, que tocaban a continuación en el escenario Primavera, el grande y bueno de toda la vida. Fue una gran noticia la recuperación de la formación original en 2005, e igualmente lo han sido los 3 Cd que desde entonces han puesto en el mercado. Completan así la decena, pero su carrera abarca más que un simple número redondo: la trayectoria de J Mascis, Low Barlow y Murph, además de una cantidad inmensa de grabaciones, colaboraciones y proyectos en solitario, ha recorrido casi todas las vertientes del rock, desde el grunge y el punk light, hasta lo más alternativo, pasando por lo más convencional y clásico del rock independiente. Con una deliciosa tendencia al punteo de chupa de cuero, Mascis aparece en escena como un viejo lobo, canoso y ajado (lleva bastante mal los 47), que sin embargo es capaz de rejuvenecerse eternamente cuando tiene una guitarra entre las manos.

Dinosaur Jr (4)RetPEs posible que no tengan la agilidad de antaño: pese a que Barlow no para de agitarse y de marcar con el bajo un esqueleto hecho para que se le enganche un ritmo serpenteante, parece como si necesitaran de un apoyo más ancho para no perder el equilibrio. No es que chocheen, nada más lejos de la verdad: pero supongo que con los años las ansias de ir corriendo a todas partes se van disipando, y la vida va convirtiéndose poco a poco en una maratón de marcha. Dinosaur Jr están como para no levantar los dos pies del suelo a la vez, pero imprimen un ritmo digno de pódium olímpico. Además, suenan exactamente a lo que son: los primeros viejos respetables surgidos de la ola del grunge. Y la gente que se mantiene fiel a sí misma, ya sea desde el rock alternativo o desde el pop electrónico, siempre tiene todas las de ganar. Y si no, que se lo pregunten a The Postal Service: ¡que 10 años no es nada!

The Postal Service (31)rETPJimmy Tamborello y Ben Gibbard se han vuelto a juntar para conmemorar el décimo aniversario del Give Up (Sub Pop, 2003), su única pero inolvidable pieza, y se han esforzado por dejar la habitación exactamente igual que como la dejaron cuando se fueron. Pero lo curioso es que aun siendo un espectáculo de clara frontalidad musical, por momentos pareció un poco como esas películas que, futuristas o adelantadas al mañana en su día, pasada la fecha, nos damos cuenta de que no han acertado el 100% de todas sus predicciones. No obstante, su puñado de canciones ha quedado encaramado a lo alto del sistema mitológico del pop del siglo XXI, como uno de los mejores y más brillantes ejemplos de su síntesis y del camino inexorable de la música hacia la vertiente electrónica. De alguna manera, tal vez los padres de la indeitrónica estaban destinados a serlo de un hijo único.

The Postal Service (5)rETpEs indudable que aquel que tenga el disco de The Postal Service rallado de tanto oírlo habrá disfrutado de un revival de cuando tenía diez años menos, con temazos inmortales como Such Grat Heights, Sleeping In o We Will Become Silhouttes; tampoco dudo de que en su concierto hubiera un gran número de jóvenes que han escuchado este año el Give Up por primera vez en su vida, y que igualmente la pasaron divino. Pero yo, personalmente, ya me moría de ganas de ver a los Grizzly Bear hacia la mitad del concierto de los californianos. Su folk de cámara cada vez se parece más al tacto y al aroma de las más hermosas maderas nobles, con canciones que parecen nacer o brotar de buena tierra, y un material así no admite corte alguno. Sin embargo, y aunque al principio no cupiera un alfiler en el escenario Primavera, muchos no aguantaron la cadencia y el sosiego de un ritmo que quizá no pegue entre The Postal Service y Phoenix. (Aunque lo del medio suele ser lo mejor)

Grizzly Bear (9)RetPLos de Brooklyn presentaban su cuarto Cd, Shields (Warp Records, 2012): un escalón más hacia la consideración de Grizzly Bear como un grupo de culto. Desde luego, son unos músicos de primera: y no solo por la asombrosa capacidad que tienen para mezclar instrumentos, como si cada uno de los cuatro llevara un pequeño director de orquesta en el cerebro, sino porque logran versionar sus propios temas, sutil pero irrevocablemente, haciéndolos verdaderamente únicos. Oyéndolos uno piensa que la música tiene esa ventaja con respecto a otras formas de arte, que se crea constante y espontáneamente. Algunos lamentamos no haberles visto en sala, pues el plan intimista que proponen, con lámparas de gas voladoras en el escenario y todo, luce un poco menos al abierto. Quizá esperábamos que tocasen abrazados, y echamos en falta más cohesión; pero Two Weeks se ha postulado definitivamente como el himno de esta edición.

Phoenix (10)rETPSolo quedaba, de los platos fuertes, el esperadísimo concierto de Phoenix. Los franceses han causado verdadera sensación con la edición de Blakrupt! (Glass note, 2013), su quinto Cd, que siguiendo el camino marcado recientemente por M83, ha establecido una línea de continuidad que llega incluso hasta los Daft Punk. No escatimaron en energía, positivismo y extroversión, y la mejor prueba de ello es que empezaron con Entertainment, su pelotazo indiscutible, y acabaron casi volviendo a interpretarla. Fue todo apoteosis su concierto, de principio a fin. Sin la delicadeza de The Postal Service, pero con mucho más tonelaje de electricidad y electrónica cegadora, los Phoenix hicieron del pop un ejercicio de ritmo casi imposible de seguir, haciendo del tema que da nombre a su último trabajo, el epicentro conceptual de su actuación. No decepcionaron absolutamente a nadie, y dejaron claro que dominan a la perfección la puesta en escena (con confeti lanzado con cañones inclusive) y el apartado plástico de su estética.

Animal Collective (124)RetpDespués de un concierto tan pleno como el de Phoenix, era difícil no marcharse con una sonrisa de oreja a oreja y dando botes por el recinto del Fòrum. Muchos emprendieron el regreso a sus casas, y otros se quedaron a disfrutar de las peculiaridades de Animal Collective, del post-rock de Toundra, e incluso de la sesión de Talabot. Yo, con menos hambre y más energía, habría completado un itinerario de órdago, pese a que todavía estábamos a jueves, pero si no tenía humor para las excentricidades de los de Baltimore, es que mi cuerpo, mi cabeza y mis orejas no daban ya para más. Así que mañana continuaremos.

(Continúa en la segunda jornada, día viernes 24 de mayo)

Fotos de Pablo Luna Chao.

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