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Grupo De Expertos Solynieve – Alegato meridional

El proyecto comenzó llamándose Montero Castillo Y Aguirre Suárez, en homenaje a dos defensas que pertenecieron al Granada F.C. cuando éste rockeaba por los campos de fútbol españoles. Después, J (Los Planetas) y Manuel Ferrón (amigo de los granadinos y colaborador ocasional) cambiaron de denominación y completaron la alineación con Víctor Lapido (Lagartija Nick, 091), Miguel López (también de Los Planetas) y Antonio Lomas (Lapido). La grabación transcurrió en armonía, sin prisas y en casa. Normal, pues, que aparezca un disco de “tinto, jamón y queso”, que es como lo ha llegado a definir recientemente J en la revista Rolling Stone. Con todos ustedes, el Grupo De Expertos Solynieve.

En un principio podemos pensar que estamos ante el mismo sonido que ha acompañado a Los Planetas durante su última etapa, ya que El sur, el mediodía y la libertad (¿a alguien se le ocurren tres cosas tan maravillosas?) y Alegato meridional no se alejan mucho de la estructura, guitarras y voces del grupo granadino. Las cosas cambian con La balada de Buscando mi destino, versión del Ballad of Easy rider de Roger McGuinn, y que aparece aquí como una suerte de country andaluz rebosante de tranquilidad. En la letra, adaptación más o menos fiel de la original, encontramos una de las muchas frases que definen el concepto del álbum: “Lo que quería / era estar en paz / y eso fue lo que pasó al final”. Claro y meridiano es uno de los cortes más certeros de este Alegato meridional (El Ejército Rojo/PIAS, 2006). Y es que escuchar a J cantando por sevillanas y bulerías era algo difícil de imaginar, pero lo cierto es que la mezcla, siempre con grandes dosis de rock, funciona.

Par de flamenquines cuenta con dos versiones: mientras que la primera es algo convencional, la segunda, subtitulada Mucho de lo mismo, es más alegre, sureña y sabrosa. En ambas J se desmarca con un acento andaluz algo forzado en ocasiones, recurso que utiliza en varias ocasiones a lo largo del disco. También hallamos aquí más fragmentos líricos que resumen a la perfección el llamamiento general del álbum (por ejemplo, en ese “Aunque insistas me quedo aquí / tan agustito”). Las otras dos versiones que han incluido son Sureños (de Silvio) y Déjame vivir con alegría, una fantástica y luminosa revisión de Vainica Doble. Otras piezas como Se ve que hay calidad, Una pila de cosas o La próxima vez resaltan con orgullo el carácter sureño que desprende este Alegato meridional.

En definitiva, buen debut de esta particular selección andaluza. Más que nada por ese genial concepto que incluye el tomarse las cosas con calma mientras decimos aquello de “ya pondremos más empeño la próxima vez”. Y porque, a pesar de contener algún que otro tema que pasa desapercibido, Alegato meridional es un artefacto extraño y necesario dentro del cada vez más difuso panorama indie nacional.

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