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Santi Campos (Madrid, 30-03-05)

El miércoles 30 de marzo fue la fecha elegida para la presentación de Amigos imaginarios (RockIndiana, 2005), el nuevo disco de Santi Campos. El cantante llegó al escenario de Moby Dick acompañado de su nueva banda, y comenzó el concierto con una breve introducción instrumental muy ambiental. Llegó la primera canción del nuevo disco, Tres veces tiempo, un tema pausado, con fondos tranquilos, en el que ya pudimos apreciar el buen sonido del grupo. Santi Campos se presentó bromeando con un “Hola, somos Santi Campos” y nombró a todos los miembros de su grupo: Manuel Cabezalí (Havalina Blu), Pablo Sbaraglia, Jesús Montes, Sebastián Giudice y Esther Rodríguez (estos tres últimos, miembros de Nominees). Continuaron con Fin de fiesta, cuyo directo sonó más jazzero que en estudio y Despiértame y Tras el silencio, con muy buenos arreglos instrumentales. Las primeras notas de la siguiente canción eran conocidas por el público: Cambia el guión, incluida en el disco recopilatorio del festival Autumn Almanac 2004 (RockIndiana, 2004), con unos notables arreglos de teclado. Por su parte Superman fue una de las canciones más geniales del concierto. El grupo comenzó con un fondo de efectos curiosos, como el sonido de una lámina de plástico retorciéndose, y continuó con un intermedio calmado para terminar con un final fuerte y muy guitarrero.

Vendiendo arena, acompañada de guitarra acústica y shakers, fue otro tema cuyo directo sorprendió a muchos de los presentes. Tiovivo se presentó con unos trabajados coros y mucho dinamismo instrumental, algo más enérgico que en el disco. Tras esto, hubo una especie de improvisado intermedio instrumental, en el que los músicos aprovecharon para afinar sus instrumentos. Santi se dirigió al público, afirmando que el siguiente tema sería el último de la noche, y así comenzó Mejor dormir, una bella pieza en la que el grupo se implicó al cien por cien.

Santi Campos y su grupo salieron del escenario, pero no pasó ni un minuto cuando la banda volvió a coger sus instrumentos para tocar un par de bises. Primero fue el turno de Balada para un cuerdo, de Pequeños incendios (RockIndiana, 2002), con un final muy expresivo en el que la gente aplaudió como nunca. Para acabar, Como un hielo en el Sol fue sin duda de los mejor de la noche. Una aguda nota de piano que se repetía sin cesar, acompañada de timbales de batería y un colchón de armonías de bajo y guitarras, iban subiendo de intensidad hacia un final apoteósico, momento en el que los músicos fueron abandonando poco a poco el escenario mientras el sonido de los instrumentos seguía sonando. Así terminó la presentación de Amigos imaginarios, un concierto que se esperaba más tranquilo, quizá por el sonido al que Santi Campos nos tiene acostumbrados en sus discos, pero que en ningún momento defraudó a los presentes. Se agradeció el buen sonido de la sala, la estupenda compenetración de todos los músicos y el buen ambiente que éstos generaban en el escenario, detalles que hicieron que las canciones se transmitieran al público de forma muy directa y sincera.

Texto: Ana F.
Fotos: Andrés Cabanes

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