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[Crónica] Ryan Adams (Festival Cruïlla, Barcelona, 08/07/2017)

Hacía trece años ya que no teníamos la oportunidad de ver en directo a Ryan Adams en nuestro país, concretamente desde aquel Azkena de 2004. Y si contamos las veces que ha pisado la península, según nuestros cálculos, han sido nada más que cuatro: Cruïlla y MadCool 2017, Azkena 2004 y, previamente, en la Sala Bikini en 2002. Por lo que, como os podéis imaginar, las expectativas y las ganas de volver a verle en directo eran altas, demasiado altas.

Antes del concierto pudimos disfrutar de otro trotamundos, Little Steven & The Disciples Of Soul, aka Steven Van Zandt aka Silvio Dante en Los Soprano. El músico de la E Street Band acudía al Cruïlla para presentar su último disco en solitario, Soulfire (Universal Music, 2017), álbum que os recomendamos si os gusta el sonido de Springsteen. Acompañado de una gran banda llena de virtuosos músicos y de tres coristas muy entregadas a animar al público con sus bailes y coreografías, Little Steven ofreció un concierto dispar y jovial. El grupo cumplió con creces a la hora de interpretar todo lo que les apetecía, ya fuera rock, soul, blues o reggae.

 

Una vez acabó la actuación de Little Steven era el turno del esperado Ryan Adams. Justo antes de empezar, la organización hizo un comunicado por los altavoces indicando a los asistentes que no hicieran fotos con flash. Todo esto venía porque Adams padece desde el año 2000 la enfermedad de Ménière, un trastorno del oído interno que, según ese comunicado, puede activarse entre otras cosas con las luces de los fashes de las cámaras. Quizás por eso el escenario siempre lucía una iluminación oscura con la que Ryan se escondía /protegía durante parte del concierto.

https://www.altafidelidad.org/resena-ryan-adams-prisoners/

 

El setlist estuvo repleto de algunas de sus mejores composiciones. Centrado en su último álbum Prisoner (Paxam/Blue Note, 2017) del que sonaron los temas Do you still love me, con la que abrió el show, Doomsday, que suena genial en directo, Outbound train o Anything I say to you now. También tuvo momentos de auténticos clásicos como New York New York o When the stars go blue de su exitoso disco Gold (2001). Pero para el deleite del que escribe también sonaron espectaculares Let it ride y Cold Roses de aquel prolífico año 2005 en que publicó nada menos que tres discos.  Ryan dejó para el final la retrospectiva de su primer álbum en solitario , Heartbreaker, con la preciosa Come pick me up, el rock desenfrenado de Shakedown on 9th Street o con la magnífica My winding wheel, que fue la encargada de cerrar su actuación.

 

 

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