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[Crónica] Dcode 2017 (Madrid, 09/09/17)

Nueva edición del festival Dcode, celebrado de nuevo en el recinto deportivo de Cantarranas, en la Ciudad Universitaria de Madrid, con la novedad de concentrar las actuaciones en un vertiginoso día de cartel y con la intención de contentar a todo tipo de público.

La mañana- era de esperar- y ya desde la apertura, estaba plagada de familias con niños. En el cartel, principalmente, Holy Bouncer, Miss Caffeina e Iván Ferreiro,  un horario – criticado por algunos asistentes- tal vez justificado para atraer al target de público más y al menos joven del festival. En uno y en otro caso, funcionó más o menos bien para Miss Caffeina– los fans más fieles no faltaron a la cita- y, probablemente para Iván Ferreiro, que puso su grano de arena en esta unión generacional con la inesperada colaboración de… Dani Martín. Un momento especial que aprovechamos para ir a buscar una buena hamburguesa.

Así, la tarde, prometía más matices. La misma se inició con la actuación de Mary Madson, artista, mitad americana mitad gallega, ganadora del concurso de bandas emergentes del Dcode, que dio paso, curiosamente, al tramo más dance del festival. Fue llamativo que, por una vez, los escenarios parecían intercambiados: La Femme, la formación francesa, en el lado más alternativo, con influencias del pop al krautrock, en el escenario uno y, por otro, la vertiente más comercial de la británica Charli XCX, que convirtió en una inesperada pista de baile el escenario 3 con sus conocidos hits I love it o Boys. Y poco más que añadir.

Sorprendente (para bien) el cambio de registro que llegó con la aparición de Daughter. Completamente acertadas las críticas sobre el directo de la banda británica liderada por Elena Tonra, a priori aparentemente indolente, pero cuyos pasajes abstractos y sombríos -dibujados con la ayuda de la guitarra eléctrica de Igor Haefeli- consiguieron atrapar a la mayor parte del público allí congregado. Fue uno de los mejores directos del día.

La actuación de Liam Gallagher fue correcta, nada más. Está claro que, para muchos que allí estábamos, era un mero ejercicio de nostalgia: volver a escuchar en directo, después de muchos años, algunas de las canciones que los fans de Oasis dejamos atrás como Rock n Roll Star, Morning Star o – la apoteosis – Slide away, escogidas, seguramente a propósito, de un setlist que podría ser, a priori, mucho mejor. Y probablemente no lo es porque debe resultar ya realmente duro para Liam Gallagher tener que lidiar en directo con canciones propias junto a los clásicos escritos por su hermano mayor. Pero no nos anticipemos, esperemos a que salga el disco.

Ésta, era, por otro lado, una ocasión de estrenos de alineación. Por una parte, Band of Horses, que se presentaban con dos nuevos miembros. Realmente los allí presentes no notamos demasiada diferencia- sobre todo tras la marcha de Tyler Ramsey-  y Bridwell, mantiene su habitual personalidad y simpatía en el escenario. En todo caso, si ya has visto a Band of Horses más de una vez, has podido comprobar que no encontrarás cambios drásticos en sus actuaciones. Vas a escuchar, una vez más, There´s a ghost,  No One’s Gonna Love You o The Funeral…Por lo que allí les dejamos, congelados en el tiempo, para contemplar, al menos durante un rato, a nuestros Maga, en el escenario tres, que presentaban su nuevo disco.

Avanzada ya la noche y bañado de luz rojo sangre, Paul Banks agarraba el micrófono para dar paso, una tras otra, a las canciones de  Turn On The Bright Lights, el debut de su grupo, Interpol, que tan maltratado había sido por la crítica- y, en general- desapercibido por el público (mayoritario). Resulta demoledora la imagen: en el momento cumbre, el de mayor aglomeración del festival, cuando la fiesta llega a su apogeo, la desolación posterior al 11 de septiembre y la confusión desalentadora en forma de post punk, recitadas en la voz barítono de Banks,  quince años después, se convertía en la protagonista de la noche.

Hablábamos antes de que éste era un día de nuevas alineaciones. También era el caso de Franz Ferdinand , que se estrenaban en Madrid con dos nuevos miembros, Dino Bardot y Julian Corrie. En todo caso- siempre ha sido su mérito en directo- la energía de los escoceses – focalizada en un eléctrico Kapranos, que no para de girar a lo largo del escenario- aumenta a medida que el espectáculo avanza. La banda, así, nunca se ha avergonzado de las concesiones a la pista de baile, y, por todo ello, el éxito venía asegurado de antemano, sobre todo con las canciones de su álbum de debut y el espectacular final de fuegos artificiales con This Fire.

Aparcamos, sin embargo, a Franz Ferdinand porque nuestra intención era ver a Exquirla Niño de Elche y Toundra– de nuevo. A pesar de llegar al escenario 3 con una contraprogramación complicada- y de solapamiento de sonido que ocasionó momentos incómodos- la actuación de la formación no decepcionó. Si bien no podríamos asegurar que todos los que veían a Franz Ferdinand eran incondicionales, sí que podíamos decir que prácticamente todos los que presenciábamos la tremenda ejecución de la banda conocían sus canciones . Ésa era una diferencia básica con el concierto de la banda que presenciamos a principios de año: en el DCODE la gente ya acompañaba los cánticos de Francisco Contreras y la exhibición instrumental de Toundra casi con la misma entrega que sus protagonistas, y, pasados los meses, piezas como Un hombre o Europa muda suenan todavía con más contundencia.

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