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40 años sin Ian Curtis

“Asilos con puertas abiertas,
Donde la gente había pagado para ver adentro,
Para entretenerse ven cómo su cuerpo se retuerce,
Detrás de sus ojos dice: “Sigo existiendo” …
Pero la enfermedad se ahoga por más gritos
Reza a Dios, hazlo rápido, míralo caer”
Joy Division, Atrocity Exhibition, (1980)

El 18 de mayo de 1980, Ian Curtis se quitó la vida a los 23 años, justo unos días antes de comenzar su gira por EEUU. Apenas semanas antes, en una entrevista en a Radio Blackburn, hablaba del futuro de la banda de una forma muy humilde pero vehemente: “Sólo quiero seguir como estamos, creo. Básicamente, queremos tocar y disfrutar de lo que nos gusta tocar. Creo que cuando dejemos de hacerlo, pues será el momento de empacar. Ese será el final”. Un mes después de su muerte, en junio, se lanzó la canción más conocida de Joy Division, Love Will Tear Us Apart, acompañada del único clip oficial que hizo la formación, apenas unas semanas antes. En julio de 1980, se publicó el segundo álbum, Closer. Joy Division alcanzaría su punto máximo de fama como banda a título póstumo.

Joy Division habla de apocalipsis, desesperanza y fragmentación, pero su música actúa como un exorcismo de pasividad y abandono, tan cerca de una revitalización del espíritu del rock ‘n’ roll como he experimentado en mucho tiempo” . Aunque no lo parezca, éste no fue un panegírico tras la muerte de Ian Kevin Curtis, uno más dirigida a la construcción de un mito, sino un extracto de una crítica de sus primeros conciertos. Para muchos, podías escuchar los paisajes del Manchester de los setenta en la música de Joy Division. Ian Curtis era un joven mancuniano introvertido de la clase media, devoto de la música de Bowie, Lou Reed e Iggy Pop, fanático de la literatura de Kafka y la poesía modernista. En 1976, durante un concierto de los Sex Pistols en el Manchester Lesser Free Trade Hall, coincidió con Peter Hook y Bernard Sumner, futuros bajista y guitarrista. Formaron una banda llamada Warsaw que, posteriormente, rebautizaron como Joy Division. Las letras inquietantemente introspectivas e inteligentes de Curtis se convirtieron en uno de los principales sellos distintivos de la banda.

Joy Division se negaron a jugar el juego de las estrellas del rock and roll, y la prueba fue que publicaron sus discos en un sello independiente como fue Factory Records. El legado de Curtis se concentró en dos álbumes de estudio, Unknown Pleasures, publicado en 1979, y Closer, lanzado  póstumamente en 1980. En su libro Los placeres desconocidos de Joy Division, Chris Ott escribía que la música de Joy Division “desafió la imitación” Sin embargo, años después su figura han alimentado la memoria pública de la banda y el mito de Ian Curtis, y, en poco tiempo, se convirtió en la base de movimientos como el post punk y el rock gótico y, en general, de las raíces del rock independiente desde los años ochenta hasta nuestros días. Curtis escribió en una nota encontrada por su esposa “la realidad es solo un término, basado en valores y principios bien usados, mientras que el sueño continúa para siempre”.

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